Miguel Martínez (1991, Almería) siempre ha sido un tipo especial. A los catorce años dejó ese fútbol que tanto le apasionaba desde niño, esa pelota con la que tantos goles hizo en el coqueto patio de La Salle para comenzar a practicar unas artes marciales con mucho menos adeptos, pero con las que fue encontrando su razón de ser en la vida. Pronto ese chaval que realizaba cinturones de boxeo entre clase y clase mientras daba rienda a su imaginación empezó a demostrar que la nueva modalidad deportiva que practicaba se le daba bien logrando títulos autonómicos y nacionales reales.

Si llegar es complicado, aún más difícil es mantenerse en la élite. A sus 31 años el tigre sigue rugiendo. El que es una de las referencias de las artes marciales en la provincia almeriense fue uno de los nombres propios en la primera edición de las Wai Kru Series, celebrada en el Pabellón de Deportes de Viator, con cuatro campeonatos de Andalucía y uno de España. En el último sacó sus zarpas para vencer al portugués Vasco Pinto en un combate a tres asaltos de tres minutos cada uno, imponiéndose el almeriense después de dos cuentas de protección. "Fue muy emocionante, ya que había 1.200 personas, algo que no se ve todos los días en Almería. Además, estaban los mejores luchadores de la provincia y otros nacionales e internacionales muy buenos", dice el almeriense, del Team Martínez Guerrero.

El luchador del Team Martínez Guerrero, concentrado antes del combate

Después de 84 combates (75% de victorias al ganar 63) lo más sencillo sería colgar los guantes y relajarse disfrutando de las victorias. Pero Miguel Martínez quiere más, con varios retos entre ceja y ceja. Uno de los que más le motiva es el combate internacional de artes marciales mixtas MMA, que se celebrará en la provincia almeriense (la fecha y el lugar exacto está aún por determinar) dentro de un año, en el que será uno de los grandes eventos deportivos en Almería en 2023 y en el que tiene muchas expectativas puestas.

Miguel Martínez compagina su labor como abogado y su pasión como deportista con su objetivo de hacer crecer a las artes marciales. Para ello y después de muchos años buscándose las habichuelas para formar a niños y adultos, da clases Shogun Training System, un nuevo gimnasio que ha habierto Pedro Martínez en la calle Andrómeda. En el mismo enseña a deportistas de todas las edades y niveles, desde niños a adultos, con entrenamientos funcionales. "Desde fuera parece que es un deporte agresivo, pero todo lo contrario, ya que se enseña disciplina, constancia y trabajo diario, así como focalizarse en un objetivo", explica.

Miguel Martínez golpea a Vasco Pintos

En estos tres lustros en las artes marciales siempre se ha tomado con el mismo problema: el de la ayuda de instituciones públicas y empresas privadas. A pesar de haber valientes que sí apuestan por las veladas, otros no terminan de arriesgar por este tipo de deportes minoritarios, por los que tanto luchan tipos como el tigre, siempre agradecido a la labor que realiza su entrenador, Pedro Martínez. "Para ganar combates es clave la constancia y el trabajo diario con él", expone el luchador almeriense, que se ha recorrido el planeta gracias a las artes marciales, peleando en países tan variopintos como Tailandia, Japón, Estados Unidos, Polonia, Inglaterra o Francia.

"Quizás sin el deporte no hubiese viajado a estos lugares en los que he representado a España. Es todo un honor poder defender a mi país haciendo lo que amo", cuenta Miguel Martínez, que presenta una hoja de servicios tan importante como el del campeón del mundo de K1 (2019), campeón de Europa WKL (217), seis títulos nacionales de FAK - FEKM y cuatro de Andalucía. En este diciembre el tigre volvió a demostrar que le quedan muchos rugidos. Y lo hizo en su tierra, ante su gente que tanto ha hecho por él. Y por la que tanto ha hecho él, ese niño que ha convertido los cinturones de cartulina que hacía en los mejores del mundo.