UD ALMERÍA | EL ACTA DE VIVANCOS

Un trabajo artesanal

Garitano, en su primer entrenamiento con la UDA

Garitano, en su primer entrenamiento con la UDA / Marian León (Almería)

Se juega como se entrena. Esta sentencia es aplicable para toda acción deportiva, cobrando especial interés en la actual situación de la UDA tras la llegada de Garitano, el flamante técnico rojiblanco. Se ha podido observar en estos primeros días de entreno el ritmo y la intensidad con la que la plantilla rojiblanca ha tenido que lidiar, amén de los nuevos preceptos que Garitano trata de inculcar a sus nuevos jugadores, sabedor de que una de las armas del plantel que de momento se encuentra sano, se basa en el orden táctico, el sacrificio y la practicidad. No importa si alguno de los hombres de los que dispone Garitano no están acostumbrados a esa clase de disputas, pero la mayoría de ellos son jóvenes y como se ha demostrado en otros equipos, la dinámica a seguir suele contagiar a los que están más acomodados. Y si no que se lo pregunten a Xavi, a Iniesta o al mismísimo Messi en sus años mozos cuando estuvieron dirigidos por Guardiola; más bien se parecían a Gattuso presionando y recuperando, sin perder un ápice de la fantasía que atesoraban a la hora de atacar.

La disposición del bloque pretendido por Garitano sobre el terreno de juego también será clave, pues no se puede permitir que, como en Bilbao, medio equipo esté flotando en supuestas tareas ofensivas y el otro medio resistiendo las acometidas del rival, que, tras esa partición tantas veces vista, permite a los contrarios acceder al área rojiblanca como Pedro por su casa. Este último mal viene de lejos. Por eso, la llegada de un técnico con un concepto prusiano, con carácter y liderazgo como Garitano, se hacía tan imprescindible, pese a que teóricamente fue la sexta o séptima opción.

Desde mi parecer, analizados los diferentes candidatos que salieron a la palestra, el entrenador vasco hubiese sido mi primera opción, pero al fin y cabo ya está aquí teniendo que extraer lo máximo de una platilla que a buen seguro será reforzada a gusto del técnico vizcaíno en el próximo mercado de invierno. La clave de este nuevo Almería de Garitano se debería fundamentar en llegar vivo a enero con lo que actualmente se cuenta. Si se alcanzara el ecuador de la competición a tiro de piedra de la salvación, a partido y medio de la permanencia (no pido más), casi como ahora, las posibilidades de continuar en Primera crecerían sobremanera, ya que restaría toda una segunda vuelta y lesionados como Luis Suárez ya estarían a disposición, junto a los referidos refuerzos que ya deberían de estar aportando su granito de arena en pos de salir de este atolladero en el que se ha metido la UDA en una temporada que prometía algo más de tranquilidad que la anterior.

El trabajo que Garitano debe completar no deja de ser de lo más artesanal posible, como en su momento manifestó y ejecutó Cayuela cuando el técnico malacitano llegó para hacerse cargo de un Almería CF moribundo. El carismático y recordado entrenador del CF cumplió con su palabra desde el principio, con una nueva disposición y actitud sobre el campo por parte de sus jugadores, terminando por ascender en aquella campaña al conjunto de Guillermo Blanes. Fueron otros tiempos y otra situación, pero el espíritu debe de ser el mismo.

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