Algunos dalienses hay que no tienen invernadero, y quien ha sido su alcalde en los últimos cuatro años es uno de ellos. Sin embargo, Francisco Giménez, que se postula por el PSOE para repetir mandato, admite que “en nuestro pueblo todos, directa o indirectamente, vivimos de la agricultura, y quien no lo hace tiene un hermano, o un primo que sí”.
Pero, ojo, una agricultura intensiva diferenciada de los pueblos de su entorno, según el alcaldable socialista: “En Dalías tenemos una agricultura de excelencia, no podemos competir con otros municipios próximos en cantidad de kilos producidos, pero sí con productos de más calidad, y eso nos diferencia”. Su mejor ejemplo, claro, son los présules y tirabeques, esas delicias gourmets tan cotizadas y que, aunque algunos se producen en la cercana Berja, se asocian casi en exclusiva en el mercado al origen autóctono de Dalías.
Delicias gourmet, agricultura de excelencia, mercados exclusivos para tan deliciosos granos de guisante... y una próxima Indicación Geográfica Protegida como uno de los retos de la venidera legislatura. “Desde el Ayuntamiento hemos trabajado intensamente para impulsarla y ahora el sector tiene que dar el paso definitivo para poder obtener esta certificación tan importante”, defiende Giménez, quien seguirá peleando por conseguirlo si recibe el voto de la mayoría de sus vecinos. Uno de los pilares de su programa electoral, de hecho, es el apoyo a la agricultura local.
Sus logros, arguye, tienen que ver sobre todo con la gestión económica. “Cuando los socialistas llegamos al gobierno municipal el ayuntamiento de Dalías estaba en bancarrota y hemos conseguido disminuir considerablemente la deuda, reduciéndola en 3’5 millones y haciéndola asumible”, expone.
Casado y con dos hijos de 16 y 13 años, este funcionario adscrito a la Diputación Provincial desde 1989, ahora en excedencia, es un alcalde de esos que dicen que las puertas de su despacho están abiertas de par en par para cualquier vecino... y que además lo cumple. “Me considero un alcalde cercano, me gusta mirar a los ojos a mis vecinos y escucharlos”, reconoce.
En pueblos pequeños, como es Dalías, suele suceder que las actuaciones menos vistosas son las que más benefician a los vecinos, y eso es algo de lo que Giménez se muestra también muy orgulloso. Dos ejemplos: “aunque parezca mentira, todavía en nuestros días había un barrio completo sin alcantarillado, y nuestro equipo de gobierno lo ha hecho posible; como la puesta en marcha de unos depósitos de agua potable que llevaban 20 años sin uso”.
Tener más tiempo libre es una aspiración de cualquier alcalde, claro. Paco, como todo el mundo lo conoce en Dalías, no es una excepción, así que aprovecha cada momento que puede para “estar con mi familia, pasar tiempo con mis hijos que crecen a una velocidad alucinante y el tiempo pasa muy rápido, así que hay que aprovechar cada momento con ellos; antes de ser alcalde yo iba al gimnasio tres o cuatro veces a la semana, salía a pasear frecuentemente con mi mujer... y ahora puedo hacerlo mucho menos”. Pero sarna con gusto no pica, obvio, y lo que ahora más quiere el candidato socialista es, apunta, “seguir trabajando por mi pueblo, si así lo quieren mis vecinos”.
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