Feria

Retrato de la Feria de 1947

  • Las dianas mañaneras eran diarias, de la música se encargaba la banda municipal y el programa oficial de la feria, editado por el Ayuntamiento de Almería, no recogía grandes espectáculos

A mediados del siglo XX, exactamente en 1947, la capital vivió las tradicionales fiestas en honor de la Virgen del Mar del 23 al 31 de agosto. Era la Almería de la fábrica de maderas de los Hijos de Ángel Pastor, en la calle Juan Lirola; de la Granja Balear del Paseo número 16; de Almacenes "El Siglo"; del "Balneario San Miguel"; del auge de la fábrica de vagones de ferrocarril de Francisco Oliveros y de comercios e industrias que aún siguen abiertas o cerraron hace muy poco: "El Alcázar", "Madiló", "Restaurante Imperial" o "Bazar Almería".

Estas marcas comerciales eran algunas de las más potentes de la ciudad a finales de la década de los cuarenta. Por ello, el programa de feria que editó la Asociación de la Prensa de Almería con motivo de los festejos en honor de la Virgen del Mar, en 1947, llevaban espacios destinados a las publicidades de estas casas.

Pocas veces la Asociación de la Prensa ha editado números especiales por la feria, pero aquella directiva integrada por los siete u ocho periodistas del "Yugo" decidieron presentar a la opinión pública un cuidado "portfolio" que pusieron a la venta por cinco pesetas. La feria del 1947 era la excusa perfecta para obtener unos ingresos extras, por lo que la Asociación -sin saberlo- descubrió una fórmula de obtener ingresos por parte de entidades profesionales o sociales: la edición del programa de feria. Esto, sobre todo en los años setenta, se puso de moda.

Periodistas históricos de la ciudad como Eduardo Molina Fajardo, Santiago Granados Cruz, Juan "Martimar", Manuel Soriano Martín; Juan López Núñez o Manuel Román escribieron su particular forma de ver la Feria.

No obstante, los almerienses del año 47 no estaban por la labor de leer prosas como la de Granados Cruz sobre la feria ("somos entusiastas prosélitos de la tradición festiva y esperamos nuestras fiestas agostinas como colofón y premio a la laboriosidad ciudadada…") sino que preferían la diversión como válvula de escape a una reciente posguerra. El programa oficial de la feria, editado por el Ayuntamiento de Almería, no recogía grandes espectáculos. Era, más bien, una feria de diana y conciertos. No obstante, ya existían festejos que se han mantenido en el tiempo como la travesía del puerto a nado o las carreras ciclistas. Las dianas mañaneras eran diarias. De la música se encargaba la banda municipal y los gigantes y cabezudos rotaron por distintos barrios de la ciudad: Regiones, Plaza de Toros, zona del puerto, Barrio Alto…

El almeriense de mediados del siglo XX tenía el recinto del llamado "Tiro Nacional" como lugar preferente para sus bailes y juergas. Las verbenas, incluidas en el programa, comenzaban a las once de la noche, pero al mismo tiempo se organizaban otros conciertos de índole menor, para personas menos pudientes, en el Paseo y en el Parque. Además de cierto empacho por el ajedrez y el ciclismo, en aquella feria, el equipo de fútbol local se enfrentó al de Gibraltar, dentro del programa de fiestas. Por otro lado, el aspecto cultural lo protagonizó un certamen local de producción que tuvo como escenario la Escuela de Arte.

El aspecto religioso, al margen de los cultos a la Patrona, se centró en una curiosa actividad que se organizó el 25 de agosto. Ésta consistía en la constitución "de la cofradía de San Isidro y San Indalecio de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos".

Quizás rememorando viejos aspectos de las ferias de ganado, la compra y venta de animales también tenía eco en el programa oficial de fiestas. Para ello, el 27 de agosto de 1947 las autoridades civiles y militares de la provincia inauguraron en la avenida Vivar Téllez (hoy Cabo de Gata) un concurso provincial de ganado. Éste se inició en el año 1944. Del mismo modo, la conciencia social de mejorar la situación de los necesitados tenía cabida en el programa oficial de feria, porque cada día de fiesta el Ayuntamiento costeaba 400 comidas diarias para pobres que se repartían en la denominada "Tienda Asilo".

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