Feria

Las escuelas de verano echan el cierre con bailes, música y mucha diversión

  • Un teatro Apolo a rebosar despidió a monitoras y a los más pequeños tras mes y medio de lúdicas actividades · Manualidades, pinturas, medio ambiente y las excursiones han sido las estrellas del curso

Con flores blancas en el pelo y camisetas pintadas con témperas, se presentaron ayer los más pequeños en el Teatro Apolo para decir adiós a sus amigos y monitoras durante este "curso vacacional". Las escuelas de verano de 2012 echaron ayer el cierre tras más de mes y medio de actividades.

La despedida se hizo por todo lo alto en un escenario presidido por el más puro estilo playero, toallas de Bob Esponja, Phineas y Ferb, Piolin y otros personajes de dibujos animados dieron colorido y olor a verano a los aledaños del Teatro.

Con un poco de retraso, fruto del griterío, la energía y la alegría que desprendían los más pequeños. La ceremonia de clausura comenzó con un vídeo que hizo de balance y resumen a un periodo de convivencia que alegra a los más pequeños y permite a los padres acudir a su trabajo con total tranquilidad en época estival.

El plato fuerte de la mañana comenzó con la actuación de las artífices de que esta labor sea posible, las monitoras, que con ahínco y una enorme dosis de sentido del humor consiguieron hacer que una princesa se casará con un príncipe pato. Las risas, el jolgorio y las carreras de padres tras sus niños por las butacas, se vieron complementadas por un arco iris de colorido en el escenario, una actuación en forma de cuento infantil y prometidos con anillos de luces de colores.

Tras la despedida de las intérpretes monitoras, llegó el momento de los protagonistas, los más pequeños abarrotaban el escenario por grupos para mover el esqueleto y bailar la canción Pégate más ante la atenta mirada de padres, monitoras y familiares que no podían evitar las risas, y algunos también, saltaban de la butaca para moverse al ritmo que marcaba la música.

La sala del Teatro Apolo se convirtió ayer en un punto de encuentro de estilos veraniegos, gafas de bucear, sombrillas, tablas de surf, flotadores, pelotas e incluso alguna que otra gafa de sol, todos ellos fueron la puesta en escena de los siguientes "bailarines", que al ritmo del Danza Kuduro deleitaron al público con los giros, saltos y movimientos de los más pequeños, que seguían su particular actuación incluso tras terminada la canción.

Como en otras ocasiones, se entregaron premios y diplomas a los niños y niñas de 3 a 12 años compartieron este verano manualidades, pinturas y excursiones por toda la capital : el Estadio de los Juegos Mediterráneos, el Parque de Bomberos, el Acuarium de Roquetas y la Casa del Cine, entre otros lugares, fueron por un día una escuela infantil para que, muchos niños curiosos viesen como re realizan diversos trabajos en la provincia, y quien sabe, se puedan animar en un futuro por decantarse por alguno.

El clímax de la función, el éxtasis de felicidad en toda la sala llegó cuando, todos los niños y sus monitoras se subieron al escenario para gritar, saltar, y hacer su despedida uno por uno saludando al público, unos buceaban, otros nadaban, otros jugaban a la pelota, pero todos tuvieron ayer su minuto de protagonismo. El escenario se convirtió ayer en una piscina, incluso en una playa en la que los más jóvenes provocaron un oleaje de carcajadas.

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