El control biológico por conservación, tal y como difunde Agrobío, cobra cada día más importancia como estrategia para prevenir plagas y otoño es la época ideal, según la compañía, para llevar a cabo esta práctica. En este sentido, el equipo técnico de la firma almeriense recomienda incorporar al cultivo espacios dedicados a favorecer la biodiversidad mediante el manejo de la flora autóctona.

“Una vez elegidas y trasplantadas en el lugar idóneo, estas plantas se convierten en perfectos reservorios para el control conservativo”. Según explican desde Agrobío, es en estos reservorios donde los insectos beneficiosos, tanto adultos como larvas, buscan refugio, se reproducen, realizan nuevas puestas y se alimentan del néctar y el polen, “actuando como verdaderas barreras naturales y puntos de control frente a la entrada de otros insectos no deseados en el interior del invernadero”.

En el óptimo resultado del control conservativo interviene la elección correcta de la flora autóctona, una adecuada disposición de las plantas y un correcto manejo; fundamental para que los setos adquieran un buen porte y consigan tapizar el espacio. ”Cada especie tiene una función y no todas son reservorio de enemigos naturales ya que algunas plantas también son atractivas para las plagas, por lo que es importante contar con un técnico especializado en biodiversidad. Además, es imprescindible tener en cuenta factores como: el riego, la distancia entre setos, la época del año, el número adecuado de plantas e incluso el dibujo en el suelo”.