Nueva ‘App’ para luchar contra virus y plagas en el invernadero
El Ifapa presenta una herramienta para móviles para identificar los principales problemas fitosanitarios en cultivos protegidos
El sector hortofrutícola dispone de nuevas armas para combatir los virus y las plagas en los invernaderos. Hace tan solo unos días, el Centro que el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) posee en La Mojonera era testigo de la presentación de una nueva aplicación para dispositivos móviles sobre las principales plagas, sus enemigos naturales y los virus en hortícolas protegidas.
Se trata de una nueva herramienta que culmina un trabajo de más de tres décadas, desarrollado de la mano de la industria hortofrutícola. Es una aplicación práctica y sencilla, muy visual, con más de 250 fotos que permite una identificación de los principales problemas fitosanitarios del sector de hortícolas protegidos, tal y como recoge la web corporativa del Ifapa, que recuerda que aunque en la parte de virosis en hortícolas cualquier diágnostico debe conllevar un análisis de laboratorio para confirmar la causa de un síntoma, estas imágenes pueden orientar sobre dicho diagnóstico y establecer de forma preventiva, medidas de control.
En la jornada, que contó con la presencia del presidente del Ifapa, Jerónimo Pérez, también se presentaron resultados preliminares de los estudios que se están llevando a cabo en el Centro Ifapa La Mojonera relacionados con el control biológico de la plaga de pulgón, haciendo hincapié en el papel que desempeñan las hormigas protegiendo a los pulgones y dificultando su control biológico.
Actualmente, las estrategias de control integrado, basadas principalmente en la utilización de enemigos naturales para el control biológico de plagas, se han implantado de forma muy importante en los cultivos hortícolas de invernadero de la provincia de Almería.
El fomento de las técnicas de lucha integrada de plagas por parte de la Consejería de Agricultura y Pesca al principio de la década de los 90 dio lugar al inicio del I+D en el control biológico de plagas. El centro Ifapa de La Mojonera fue pionero en la puesta a punto de las técnicas de control integrado, iniciando ya en esa época, el desarrollo de los primeros proyectos de investigación sobre control biológico.
La importante implicación del sector agrario de la provincia en el desarrollo de estos proyectos, a través de agricultores de cooperativas colaboradoras, confirió una mayor validez a los objetivos planteados. El resultado más relevante de estos primeros estudios fue la generación de una importante información científico-técnica, que fue trasferida al sector mediante su publicación en los primeros Reglamentos de Producción Integrada para los ochos cultivos hortícolas bajo abrigo, publicada, en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, a través de la Orden de 29 de noviembre de 2000.
En los sucesivos años, el centro Ifapa de La Mojonera ha seguido abordando diferentes actividades relacionadas con el control biológico de plagas, que han contribuido a que hoy, en el sector hortícola, la utilización de enemigos naturales sea una herramienta fundamental dentro de la estrategia integrada de plagas.
Estas actividades contemplan, por un lado, una labor de investigación desarrollada a través de 15 proyectos de investigación con financiación privada y pública (autonómica, nacional y europea). Estos proyectos han abordado diferentes temáticas relacionadas con el control biológico de plagas.
Enfermedades víricas
Por lo que respecta a enfermedades víricas, desde el inicio del crecimiento de la superficie de invernadero en Almería, en los años 80, ha entrado una media de 1 nueva especie de virus por año. Algunos de estos virus no han causado muchos daños, pero otros han significado grandes desafíos para el sector.
El virus de “spotted” (TSWV) puso contra las cuerdas el cultivo de pimiento al inicio de los años 90. El virus de las venas amarillas del pepino (CVYV) en el 2000, obligó a un cambio drástico en la manera de cultivar, mejorando el cerramiento de invernaderos, y cambiando el control químico de plagas por el control biológico e integrado, lo que inició la revolución verde de Almería. Y más reciente, el virus de Nueva Delhi (ToLCNDV) significó otro importante reto para el agricultor.
. Ya activa desde 1984, ha sabido poner la mejor investigación científica en identificar la causa de nuevos problemas producidos por virus.
Desde el punto de vista académico, la caracterización molecular del virus de las venas amarillas por parte de los miembros de la unidad de virología, fue una contribución científica que introdujo importantes cambios en la clasificación de los potivirus, uno de los grupos patógenos de plantas más importantes a nivel agronómico.
De hecho, a lo largo de su trayectoria, el Grupo de Virología ha hecho las primeras descripciones (publicadas en revistas de impacto) de 10 nuevas enfermedades transmitidas por virus en España, y dos en Europa. Otro virus descrito por el grupo, es el Virus del amarilleo en judía (BnYDV), un virus transmitido por la mosca blanca Bemisia tabaci, y que supuso la, primera descripción a nivel mundial.
Centrarse en la investigación sobre virosis es estudiar cómo se transmiten estos virus – conociendo la epidemiologia tendremos mejores armas para intervenir lo antes posible en la propagación de estas enfermedades.
La unidad ha sido pionera en estudiar cómo evolucionan las virosis en el invernadero, como es el caso del virus de las venas amarillas del pepino y el virus del amarilleo y enanismo de las cucurbitáceas (CYSDV), y cómo interaccionan entre sí y con las plantas: el fenómeno del sinergismo.
También se ha estudiado cómo conseguir el mejor control de los virus, desde la búsqueda de fuentes de resistencia genética, la asistencia a empresas en la obtención de cultivares comerciales resistentes, y la aplicación de enemigos naturales de insectos-vectores de virus. Recientemente, la unidad de virología ha descrito el primer´método de control del virus de Nueva Delhi mediante el control biológico de su vector, la mosca blanca.
‘PlantEN’, de la Junta y Cajamar, surgió en mayo
El trabajo constante o ser constante en el trabajo suele tener premio. Es lo que ha ocurrido con el proyecto que han desarrollado de forma conjunta el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) y la Fundación Cajamar, que comenzó a dar sus primeros pasos allá por 2011 y el pasado mes de mayo, siete años después, ha avanzado en muchos frentes con el objetivo de mejorar e impulsar la creación de barreras fitosanitarias naturales entre los invernaderos, es decir, la proliferación de islas y setos de origen autóctono que puedan albergar, como si se tratara de ‘hoteles silvestres’, la fauna auxiliar que lucha contra las plagas existentes en el campo almeriense, impidiendo limitando su propagación entre las explotaciones agrícolas, lo que, a la postre, redunda en unas mejores cosechas y menores pérdidas en los cultivos.
Se trata de una aplicación para dispositivos móviles que supone “un importante paso más en el uso del control biológico” para el cultivo de frutas y hortalizas bajo plástico, afirmó. Un paso más hacia la digitalización del sector agroalimentario de la comunidad para que “siga creciendo, sea más competitivo y continúe liderando mercados”. Este uso de las nuevas tecnologías es “fundamental para lograr una producción de alimentos más eficiente, rentable y sostenible”, apuntó el consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez Haro, durante la presentación.
El director de Innovacion Agroalimentaria de Cajamar, Roberto García Torrente, desgranó los comienzos de la apuesta de la entidad financiera por mejorar, con flora autóctona, la proliferación de depredadores naturales, a través de la Estación Experimental, en 2011. Después comenzó “una intensa labor de transferencia” con numerosas jornadas y la implantación de jardines-isla en centros de I+D y en fincas agrícolas. Hasta que el proceso de transferencia culminó con la ‘App’, que “va a permitir que todo el conocimiento generado esté a disposición de un público más amplio”, apostilló.
Las investigadoras Estefanía Rodríguez, del Ifapa, y Mónica González, de Cajamar, presentaron el funcionamiento de la ‘App’. Rodríguez dijo que el impulso definitivo a la aplicación se dio con el Proyecto Recupera 2020, en 2014, que supuso el salto digital. González explicó que con la ‘app’ se pueden seleccionar plantas que sirvan para atraer insectos beneficiosos y que se recogen 27 plantas seleccionadas de un total de 70 especies.
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