Desaladora

Mar de Alborán, como referente en la desalinización de agua para el regadío

  • Aqualia apuesta por la innovación, tecnología y sostenibilidad para aportar un importante volumen de agua al campo

José Colomina y Paco Urquijo dan explicaciones del funcionamiento de la planta, ante la balsa de acumulación. Mar de Alborán dispone de 600.000 m3 de almacenamiento de agua en balsas.

José Colomina y Paco Urquijo dan explicaciones del funcionamiento de la planta, ante la balsa de acumulación. Mar de Alborán dispone de 600.000 m3 de almacenamiento de agua en balsas.

La planta desaladora Mar de Alborán, antigua Rambla del Moral y ahora dirigida por el Grupo Aqualia, está prácticamente preparada para iniciar su funcionamiento. Paco Urquijo, director de la planta, asegura que técnicamente estarían preparados para empezar a funcionar para finales de este mismo año. No obstante, lo único que podría retrasar la desalinización del agua es lo relevante a la burocracia y los permisos. Para poner en marcha la planta desaladora, se ha necesitado un completo lavado de cara, primero de las instalaciones y sobre todo, de la maquinaria que hace posible el proceso. Para ello se ha llevado a cabo una exhaustiva renovación de los materiales, corroídos por el agua del mar y el tiempo de inactividad, que algunas veces resulta más destructivo que la propia actividad.

El proceso de rehabilitación de la planta ha obligado al equipo de Paco Urquijo a revisar toda la maquinaria, lo que implica desmontar toda la red de tuberías de la planta, limpiarlas, corregirlas y volver a montarlas. Sin embargo, la aplicación de las nuevas tecnologías, introducción de innovaciones y la sostenibilidad han sido los elementos clave que han impulsado este proyecto en la planta Mar de Alborán. El director de la planta presume de que se han han cambiado las membranas de osmosis de los bastidores por unas más nuevas y eficientes. Se ha aplicado un sistema de recuperación de energía que utiliza la presión de la salmuera para optimizar el proceso. A su vez, Paco Urquijo sostiene que estos cambios en el proceso harán que la empresa sea más competitiva en el mercado y se prolongará la vida útil de la infraestructura, lo que a la larga disminuirá los costes de mantenimiento. Asimismo, afirma que: “No solo estamos invirtiendo en las mejoras para la calidad, sino en el coste del mantenimiento de la planta. Además, nuestra apuesta por la eficiencia energética es firme”.

Una de las balsas, tapada con una malla protectora. Una de las balsas, tapada con una malla protectora.

Una de las balsas, tapada con una malla protectora. / Javier Alonso

El recorrido que realiza el agua es bastante simple. Primero se lleva a cabo la fase de captación mediante el bombeo de agua en pozos playeros que están a unos 50 metro de la orilla, enterrados bajo el Camino del Charco, que es el mismo que da acceso a la playa. Luego, el agua es elevada hasta la planta, hacia el depósito pulmón.

El paso siguiente es un pretratamiento que consta de siete filtros en los que se ha sustituido la arena por filtralite, un material que mejora sustancialmente el proceso de filtrado, siendo una de las grandes apuestas tecnológicas del proyecto. Una vez finalizada esta etapa, el agua es impulsada hacia los bastidores que contienen la membrana de osmosis. En esta fase se produce la eliminación de sales obteniendo de esta manera agua pura. Como etapa última del proceso, el agua es remineralizada para equilibrarla y se almacena en balsas distribuidas por el Campo de Níjar.

La expulsión de salmuera es una de las claves del plan del Grupo Aqualia. La empresa es consciente de que su actividad se desarrolla en un parque natural, por lo que ha apostado por la preservación de la fauna y flora marinas. La sal restante del proceso de desalinización se expulsa de vuelta al mar impulsada por la propia energía del proceso. La salmuera viaja 400 metros mar adentro donde es dispersada por un conjunto de difusores de ‘pato’, que permiten una mayor amplitud de la pluma de difusión garantizando una adecuada disolución de la salmuera en el mar, sin afección al medio receptor.

El Grupo Aqualia pretende convertir la planta de Mar de Alborán en referente en cuanto a innovación y sostenibilidad que ofrece este proceso de creación de agua potable. Además, confían en convertirse en lugar para el desarrollo de nuevas tecnologías que aumenten la eficiencia de este tipo de procesos y la maquinaria usada en ellos. Por el momento, promete ser la solución que se imponga a las futuras sequías.

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