Inmersiones en el sureste peninsular
  • Oceana celebra el Día Mundial de los Océanos con una expedición para documentar la contaminación. En los últimos días el catamarán se ha centrado en aguas del Poniente 

Plásticos y toallitas bajo el Mar de Alborán

Plásticos y toallitas bajo el Mar de Alborán Plásticos y toallitas bajo el Mar de Alborán

Plásticos y toallitas bajo el Mar de Alborán / © OCEANA / Enrique Talledo

Escrito por

· Iván Gómez

Redactor Jefe

La vida bajo el mar es mucho mejor que en el mundo allá arriba. Lo entonaba el cangrejo Sebastián en la canción de la Sirenita hace treinta años. Pero el paso del tiempo ha ido mermando la riqueza y biodiversidad de los fondos marinos y lastrando su papel esencial como generador de recursos, fuente de vida y sostenibilidad. Son los verdaderos pulmones del planeta y suministran la mayor parte del oxígeno que respiramos. Con motivo del Día Mundial de los Océanos que se celebra cada 8 de junio, Oceana, la mayor organización internacional dedicada en exclusiva a la conservación y defensa de los ecosistemas marinos, iniciaba una expedición al Mar de Alborán, entre el litoral peninsular de Málaga y Murcia, para documentar la contaminación por plásticos y otros residuos en las zonas costeras y en las profundidades oceánicas, así como el impacto que tiene sobre la vida marítima. La organización también recaba pruebas (imágenes y vídeos) del uso de la pesca de arrastre en áreas marinas vulnerables y las repercusiones que puede tener para los hábitats supuestamente protegidos.

La expedición que también coincide con la Semana Europea de los Océanos pretende concienciar a los responsables políticos sobre la importancia de tomar cartas en la recuperación ambiental de los ecosistemas marítimos antes de que sea demasiado tarde, incidiendo en las amenazas que sufren por la esquilmación y contaminación. El Mar de Alborán es un punto caliente de biodiversidad entre España y Marruecos, con una increíble productividad oceánica generada por las interacciones únicas de las aguas del Atlántico y del Mediterráneo. En esta zona se encuentran ecosistemas bentónicos clave, como excepcionales praderas de fanerógamas, arrecifes de corales y colonias de gorgonias, así como cañones de aguas profundas y montañas submarinas que proporcionan refugio y zonas de reproducción a especies marinas, como tortugas, delfines y calderones.

Sin embargo, la zona está muy afectada por las actividades humanas, incluidas las prácticas pesqueras destructivas, como el arrastre de fondo, que suponen una grave amenaza para estas comunidades marinas, al tiempo que amplifican los impactos del cambio climático en el océano. “El océano es nuestro mayor aliado en la lucha contra la crisis climática, pero la vida marina se encuentra bajo presión. Con nuestro catamarán de investigación, Oceana quiere sacar a la luz todo aquello pasa desapercibido en el lecho marino. Es algo crucial si queremos lograr cambios de políticas que contrarresten actividades pesqueras irresponsables, la destrucción del hábitat o la contaminación”, argumenta Pascale Moehrle, director ejecutivo de Oceana en Europa.

La expedición de Oceana durante las inmersiones en aguas del Poniente almeriense La expedición de Oceana durante las inmersiones en aguas del Poniente almeriense

La expedición de Oceana durante las inmersiones en aguas del Poniente almeriense / © OCEANA / Enrique Talledo

El director de expediciones de Oceana en Europa, Ricardo Aguilar, explica que “2022 es un año crítico para volver a poner la protección de los océanos en la agenda política” y nada mejor que sumergirse en el mar para recoger datos mediante un robot submarino, buzos y drones con los que hacer visible el problema y recordar a las administraciones españolas su responsabilidad, en particular para reducir y reutilizar el plástico, para proteger la salud de sus aguas y para defender realmente sus áreas marinas protegidas frente a la pesca destructiva. Una de las primeras escalas de la campaña de Oceana ha sido el litoral del Poniente almeriense donde permanecerán varios días realizando inmersiones. Los científicos y expertos marinos están tomando imágenes y metraje de vídeo y recopilando datos con equipos modernos como drones, submarinistas especializados y un vehículo guiado por control remoto capaz de alcanzar profundidades de hasta 300 metros.

“En esta zona entre Adra y Roquetas encontramos con cañones muy profundos que transportan la basura que llega al Mar de Alborán. Son como ríos que vierten residuos y están afectando a lugares y especies con altísimo valor ecológico como las praderas de posidonia y fondos coralígenos que son vitales para la pesca”, detalla Aguilar a este periódico. Al acumularse sobre los organismos los terminan matando por asfixia o si son algas o plantas marinas ante la imposibilidad de realizar la fotosíntesis. Según detalla después de años de estudio sobre el terreno, están encontrando cada vez más restos plásticos enganchados en corales, esponjas y gorgonias que van erosionando y provocando laceraciones en estos organismos. Y han detectado, además, cambios de comportamiento de los animales que antes se protegían de depredadores con residuos orgánicos de algas, moluscos y erizos y ahora utilizan tetrabrik, plásticos y botellas.

La contaminación está presente en todas las profundidades, los residuos se eternizan porque tardan muchos años en degradarse y están detrás de la reducción de los ecosistemas marinos como el de las praderas de posidonia que ya sólo se concentran en el Mar de Alborán y se pierden conforme se avanza hacia el Estrecho. También existen residuos en los organismos analizados y en sus investigaciones han encontrado microplásticos en estómago, cerebro y riñones de estas especies. Ricardo Aguilar alerta del riesgo que padecen los cañones submarinos de Almería que son el último refugio de especies vulnerables que ya no existen en otros lugares porque se están convirtiendo en sumideros en los que se acumula la basura. En esas motañas bajo el mar han encontrado ostras gigantes que podrían tener 500 años de vida.

Las cajas de plástico también han llegado a las profundidades marinas Las cajas de plástico también han llegado a las profundidades marinas

Las cajas de plástico también han llegado a las profundidades marinas / ©OCEANA Enrique Talledo

Desde Oceana detallan que en el caso de los corales que forman arrecifes por debajo de los 300, 400 o 500 metros sólo han detectado uno creciendo en el Mediterráneo y se encuentra precisamente en el Mar de Alborán. Está formado por corales Lophelia y Madrepora y, sin embargo, todavía no está protegido. También existen los llamados corales bajo o los corales bambú que son tremendamente vulnerables porque suelen vivir en fondos de fango, lugares donde se permiten actividades muy agresivas, pues normalmente se piensa que son muy poco importantes. Según Ricardo Aguilar, la situación de los corales en general es mala. Muchas de las especies, tras la última evaluación de sus investigadores, han pasado a estar en peligro crítico o peligro de extinción.

La organización conservacionista explica que esta zona es también un popular destino turístico, con numerosos hoteles y bares de playa salpicados a lo largo de la costa, lo que hace que esta parte del mar sea propensa a acumular residuos plásticos, una situación a la que también contribuye la vasta extensión de invernaderos conforma un “mar de plástico” en tierra que también puede llegar fácilmente al océano. Con su expedición al Mar de Alborán, Oceana vuelve a apelar a los ciudadanos y administraciones públicas para poner freno a la contaminación marina y favorecer una correcta protección de los ecosistemas.

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