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Asaja denuncia que las ayudas públicas de Marruecos a la agricultura agravan la competencia desleal
La puesta en marcha del Plan Verde con el beneplácito e incentivos de los gobiernos europeos, entre ellos el español, perjudica al sector productor de olivar o cítricos
El Gobierno marroquí aprobó en noviembre un paquete de ayudas para incentivar la plantación de nuevas fincas citrícolas. Las naranjas y mandarinas son tras el olivar, el segundo gran objetivo del llamado ‘Plan verde’, un proyecto, presentado en nuestro país con el que el Reino de Marruecos pretende reorientar la agricultura cerealista y ganadera de bajos rendimientos del país norteafricano hacia las frutas y hortalizas de regadío, que sin duda alguna se verán beneficiadas por el nuevo acuerdo comercial con la UE. Este programa puesto en marcha aspira a duplicar en 2020 la producción citrícola actual de Marruecos, para lo cual se han aprobado incentivos como el pago de 1.070 euros por hectárea (12.000 dirhams) de nueva plantación. “Si aquí ésos mil euros ya serían un apoyo importante, en Marruecos son una fortuna. El Gobierno español no debería consentir que a sólo unos kilómetros se pueda producir con fitosanitarios prohibidos en la UE, con costes salariales 10 veces más bajos, sin ninguna cortapisa medioambiental y ahora además, con importantes ayudas públicas que, directa o indirectamente, estamos pagando los europeos”, denuncia el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado. Por este motivo ASAJA denuncia que estos incentivos no hacen otra cosa sino que agravar la actual situación de desventaja competitiva que padecen los agricultores españoles.
Mientras, en España el sector viene reclamando ayuda urgente para paliar la escasa rentabilidad que tiene hoy en día nuestra agricultura. Por ejemplo, si en nuestro país el hundimiento de los precios en origen ha provocado que la superficie citrícola comience a reducirse, en el país africano la expansión de este cultivo se ha acelerado gracias a estas ayudas. Si hasta 2008 la superficie de cítricos según varios informes oficiales, crecía a razón de unas 2.000 ha anuales, en 2009 tal cifra se duplicó y se acercó a las 4.000. El Plan Verde de Marruecos ya en vigor ha supuesto elevar la ayuda oficial ya existente desde los 695 €/ha (7.000 dirhams) a los citados 1.070 euros/ha (12.000), lo que contribuirá a alcanzar en menos de diez años una superficie citrícola global de 109.000 ha y una cosecha de 3,19 millones de toneladas.
Pero los subsidios aprobados no acaban ahí: el Estado marroquí también financia entre el 10 y el 15% del presupuesto para la instalación de nuevas cámaras frigoríficas y almacenes de confección y las ayudas llegan hasta el 60% del coste si se trata de la apertura de pozos, equipos de riego, acondicionamiento de campos…. Y como matiza Aguado, “casi todo ‘quedará en casa’ porque la mayor parte de las ayudas serán para las tierras del propio monarca Mohamed VI o de los afectos al régimen”. Respecto al sector oleícola, el objetivo es la plantación de 540.000 hectáreas de olivo para alcanzar 1.220.000 hectáreas en 2020 y una producción de 340.000 toneladas de aceite.
El Plan Verde supondrá una inversión agraria de 13.365 millones de euros durante la próxima década pero buena parte de ellos procederá de incentivos y ayudas públicas aportadas subrepticiamente por la UE. No en vano, entre 1995 y 2006 las ayudas europeas acumuladas por el país norteafricano ascendieron a 1.640 millones de euros, entre 2007 y 2010 llegarán a los 654 millones y entre 2011 y 2014 serán otros 776 millones. Pero las autoridades marroquíes pretenden llegar más lejos y en virtud de uno de los puntos del Estatuto Avanzado firmado recientemente con la UE, aspiran a que el Plan Verde sea directamente financiado por Bruselas.
Tal y como ASAJA exigió el pasado 7 de marzo en Granada es fundamental que Europa se de cuenta de los daños que ocasionará para el campo el nuevo acuerdo comercial, siendo esencial no acentúe la competencia desleal que los productores hortofrutícolas venimos padeciendo “ya no somos sólo los agricultores de Almería los que denunciamos que este acuerdo no es positivo, sino que ya en Europa, órganos consultivos como el CESE empiezan a reclamar medidas compensatorias por las pérdidas causadas por este acuerdo”, señala Francisco Vargas, presidente de la sectorial de Hortalizas de ASAJA.
“Aún estamos a tiempo de conseguir que se apuesten por los controles en frontera y por la igualdad de oportunidades, sólo queda que quienes tienen que trabajar (nuestros europarlamentarios y eurodiputados) presionen para evitar un mal acuerdo”.
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