"Decir que lo que se recoge, se mezcla y arde es totalmente falso"

Desde 2004, Cespa es la adjudicataria por el Ayuntamiento de Almería de la concesión administrativa de la gestión y explotación de la Planta de Clasificación y Compostaje de la capital. Su gerente, Ignacio Ojeda, detalla el proceso de los residuos que comienzan en la basura de casa y pueden acabar transformados en electricidad.

-¿Me puede cuantificar la sensibilización por reciclar por parte de los ciudadanos?

-En cuanto a la recogida del contenedor amarillo (plástico), Almería implantó la recogida selectiva de envases ligeros en 2005, en ese año se recogieron en torno a 370 toneladas y, actualmente, la previsión a noviembre de 2010 es que este año recojamos alrededor de 1.800 toneladas envases ligeros, lo que implica un incremento de reciclaje superior al 500%, en cinco años. En el caso del contenedor azul, papel/cartón, en 2005, se recuperaron otras 1.800 toneladas y este año esperamos cerrar en torno a 4.000 toneladas. Todo esto implica, que a pesar de la crisis económica con la que se ha reducido la generación de basura orgánica (contenedor gris), la recogida selectiva tanto en contenedor amarillo, azul como verde (vidrio) ha seguido creciendo. Estos datos avalan que cada vez la gente está más concienciada.

-Muchos piensan que tras ellos separar la basura, luego no se respeta, ¿cómo se gestiona la recogida?

-Hay una leyenda que dice que cuando se recogen los materiales, todo se mezcla y todo arde. Eso es absolutamente falso. La recogida se hace diferenciada, del contenedor gris, residuos sólidos urbanos (R.S.U.), el contenedor amarillo que es la recogida selectiva de envases ligeros que se hace a través del sistema de gestión de Ecoembalajes España, el azul y el verde. Aparte de esta recogida existe otra de muebles y enseres que realiza el Ayuntamiento de Almería de manera independiente, y aquí separamos el material metálico que se lleva a reciclaje del que no lo es. También el Consistorio tiene un convenio firmado con Recilec, que gestiona residuos eléctricos y electrónicos, para ello hay dos zonas de acopio en Almería, un punto limpio en el sector 20 de Urbaser y aquí tenemos un punto de almacenamiento al que, cada seis meses, viene personal de Recilec para retirar material como pilas, electrodomésticos de gran tamaño, etc.

-Una vez que los residuos llegan a la planta, ¿cómo se tratan?

-Estas instalaciones están preparadas para tratar R.S.U. de manera diferenciada del resto. De R.S.U nos está entrando al año aproximadamente entre 92.000 y 95.000 toneladas del contenedor gris, de ahí se separa la materia orgánica, en torno al 50%, para llevarla a la zona de compostaje para fabricar compost. El resto de material del contenedor gris que no es orgánico se pasa a reciclaje secundario donde se recuperan las diferentes fracciones que son reciclables como el cartón, aluminio, el brik, diferentes tipos de plástico o acero. Todo este material se prensa y acumula y, cuando hay suficiente cantidad, se avisa al sistema integral de gestión, que manda un reciclador homologado, se lo lleva y lo trata en sus instalaciones. Respecto a los envases ligeros, que en Almería tienen una calidad por encima del 80%, y el resto de residuos el procedimiento es similar, se recepciona, se limpia o trata previamente, se prensa y acumula hasta la llegada del reciclador.

-¿Qué acaba entonces en el vertedero?

-Siempre hay partes del material que no son aprovechables, como plásticos que no son recuperables. Hay que garantizar que contengan en lo menor posible materia orgánica, se prensa y se deposita en vertedero, se sella y tapa con tierra. Paralelamente, se construyen celdas de vertido donde se gestiona el lixiviado (líquido que genera el vertido) y el biogás, mezcla de metano, CO2, oxígeno y otros gases que se genera en el vertedero como consecuencia de la fermentación en ausencia de oxígeno de la materia orgánica. En el caso de Almería, con el biogás lo que se hace es valorización energética.

-¿Cada vez habrá menos basura bajo el suelo?

-En un horizonte cinco años se ampliará la posibilidad de reducir aún más la cantidad de residuos llevada a vertedero y optar por su valorización. La previsión es que cada vez los vertederos sean más caros, de hecho en Europa, los precios de vertido rondan entre los 40 euros que puede costar llevar una tonelada al vertedero en Portugal o los 120 euros que puede costar en Alemania. Se penaliza el tirar cualquier tipo de material susceptible de valorizar, fundamentalmente de manera energética. Ahora, lo que intentamos es producir un combustible, el CSR (Combustible Sostenible Recuperado) que sea sustitutivo de otro, en lugar de explotar, por ejemplo, un yacimiento de petróleo o de carbón que generará diversos impactos ambientales. Con el CSR nos ahorramos los impactos que supondría la extracción, transformación y transporte de ese combustible porque estoy provechando algo que ya tengo producido. Es más rentable medioambientalmente.