Casi 40 años de experiencia agraria

Pedro Caparrós Torrecillas lleva la agricultura y la capacidad de emprender en la sangre. Desde los quince años, ya echaba una mano en el negocio familiar, codo con codo con su padre, Francisco Caparrós.

A los 18 años sintió el 'gusanillo' del mundo empresarial. Corría el año 1977 y fue entonces cuando vio la necesidad de elegir entre sus estudios o seguir trabajando. Optó por lo segundo. Y acertó.

Pedro Caparrós se dio cuenta del "gran futuro que existía en la agricultura almeriense" gracias a la gran demanda por parte de los mercados. Al principio, apostó por lo más cercano, el territorio nacional, y, posteriormente, el internacional. "Fue una decisión dura, pues había comenzado a estudiar Empresariales y sólo había hecho el primer curso", recuerda.

Pedro Caparrós ayudaba a su padre, asentador del mercado de mayoristas de Almería, entre los años de finales de los sesenta y la década de los setenta, comercializando los productos de las regiones de Andalucía, Murcia, Valencia y, sobre todo, Cataluña. Con el negocio de la compraventa en las venas, se dio cuenta de que la producción de frutas y hortalizas frescas de la provincia almeriense poseía un potencial enorme. Las primeras ventas las realizaron en Madrid, Cataluña y el País Vasco.

En aquellos primeros años, Pedro Caparrós se apoyaba en su padre para el desarrollo del negocio. Pero nada más casarse, con 25 años, comenzó a "tirar del carro" con ímpetu, ilusión y el esfuerzo que le ha caracterizado siempre, y en el año 1984 fundó la empresa Caparrós Nature, que es la que matriz del Grupo Caparrós y comercializa todos los productos.

De esta forma, Pedro Caparrós comenzó a gestar su negocio basado en la comercialización de un producto de excelente calidad, a un precio competitivo, con una logística eficaz. Lo que hizo en paralelo al cultivo de frutas y hortalizas en fresco y que hoy suma alrededor de 60 hectáreas bajo plástico, a través de la mercantil Agrícola Caparrós, que vio la luz en 1992.

Más adelante, Grupo Caparrós adquiere Conservas Artesanales La Gergaleña, empresa fundada en 1998 de la mano de tres socios, a los que Pedro Caparrós les compra la sociedad en 2006, con el objetivo de incrementar la idea inicial de la mercantil, de comercializar cuatro referencias de conservas vegetales (fritada, ensalada, tomate frito y pimiento rojo asado al carbón). En la actualidad, La Gergaleña Productos Artesanales posee un amplio portfolio de una treintena de referencias, a las que ha llegado en los últimos cinco años. El secreto del éxito de La Gergaleña se basa en su filosofía de siempre: calidad, bajo el sello del chef almeriense Antonio Gázquez, autor de las recetas que ponen en el mercado salsas, cremas, mousses, confituras, gazpacho, incluso con tomate raf, y tomate natural rallado, entre otros.

El Corte Inglés, Carrefour, Ahorramás o Alcampo son algunas de las enseñas comerciales donde el cliente puede encontrar sus productos.

Sin embargo, si bien La Gergaleña juega un importante papel en prestigiar el trabajo que lleva el sello de Pedro Caparrós, el verdadero motor del negocio es la producción en fresco, que absorbe en torno al 90% del total.

Este almeriense se ha adentrado en más negocios, movido por su capacidad emprendedora y su pasión por la agroalimentación de calidad. El aceite de oliva, para lo que cuenta con una finca en pleno corazón del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, y el vino, cuya elaboración lleva a cabo gracias a un terreno de tres hectáreas en la Sierra de los Filabres.

Su última apuesta ha visto la luz en mayo de 2011. Una filial en Berlín bajo la denominación Caparrós Deutschland, enfocada a productos gourmet para un público selecto.