Así funciona el control biológico en los invernaderos de Almería: "Espectacular cómo el depredador se come al parvispinus"

La suelta de la fauna auxiliar en estas primeras semanas de cultivo se convierte en la mejor estrategia para afrontar la presión de las plagas

Estudian un thrips como depredador autóctono de la gran plaga del campo almeriense

Control biológico invernadero Dalías

El camino se divide en dos a escasos metros de Celín. A la derecha, la pequeña carretera que da acceso al paradisíaco arroyo, donde merece la pena pasar un domingo y remojar los pies en las frías aguas que vienen de la sierra. De los pocos rincones de Almería donde todavía fluye el agua con la libertad que trata de coartar la sequía. Hacia la izquierda, un camino flanqueado de invernaderos, que poco a poco van perdiendo el blanqueamiento que ha ayudado a que las matas de pimiento no se quemaran al ser transplantadas. Es la guarida del famoso pimiento temprano de Dalías, que en breve comenzará a entrar en los mercados.

Los Pepe Fernández, padre e hijo, se encuentran revisando las hojas de las matas que pueblan la hectárea y media de sus dos fincas. Buscan parvispinus, no porque tengan, sino precisamente porque apenas les ha afectado y tratan de buscar algún resquicio para mostrar a la fotógrafa cómo es maldito bicho que tanto daño causó la pasada campaña en ciertas zonas de poniente. "Gracias a que metimos pronto a la fauna auxiliar, apenas nos ha afectado", dice Pepe hijo enumerando con la capacidad profesional de un técnico las suelas que han hecho: "Cuatro Orius por m2 en dos sueltas y un sobre de Swirskii por cada tres plantas, lo que supone unos 125 individos por m2". Todo ello entre la tercera y cuarta semana, a principios de julio aproximadamente.

Las matas se notan radiantes, lustrosas, con ganas de aportar una gran cosecha. "Producimos en torno a 12 ó 13 kilos por m2", indica Pepe padre, cuando lo habitual es sobre 10. Eso se debe al vigor de planta, bien cuidada, bien regada y, por supuesto, libre de plagas. "Fui de los primeros en apostar por la lucha integrada en el campo de Almería. Fue en 2004, tres años antes del boom que se produjo de 2007. Estaba cansado ya de sulfatar, no quería usar más químicos y le di una oportunidad al control biológico y funcionó, vaya que si funcionó", dice con la sonrisa picarona de quien sabe que tocó la tecla precisa. Un factor que también influye en la salud que desprende su invernadero es que toda la zona tiene un ciclo similar de cultivo: "Todos tenemos pimiento, cuando cortamos lo hacemos en semanas parecidas y evitamos que las plagas marchen de una finca a otra".

Estrategia de prevención

Mientras los Fernández echan sobre las hojas de las matas Powermite3.0, el alimento con el que se consigue que los ácaros y el Orius se desplacen y colonicen toda la masa foliar, los técnicos de Agrobío explican la importancia de las sueltas tempranas de los depredadores. “El control biológico es una estrategia de control preventino, no curativo. Si queremos garantizar el éxito, tenemos que introducirlo en las primeras semanas de cultivo para que le dé tiempo a instalarse y formar una población importante. Cuando ya tenemos un ataque importante de parvispinus, el pretender alcanzar la plaga con sueltas masivas de Orius y de ácaros normalmente no da resultado. A lo mejor un mes y medio o dos meses después de la suelta ve un descenso importante de la población y un cierto control de la plaga, pero el retraso respecto a los incrementos de plaga va a desembocar en frutos marcados, daños, pérdidas por destrío, ápices de plantas afectados y mermas en la producción”, con el consiguiente destrozo en ventas que supone para el agricultor. La que ha hecho este gran análisis es Ana Arévalo, una auténtica apasionada de este pequeño Parque Jurásico del Mar de Plástico, en el que el depredador introducido se come a la indeseable presa.

El parvispinus ha sido el último de la fila de las plagas en instalarse en los invernaderos almerienses, sin llegar a desplazar al Frankliniella occidentalis, el de toda la vida. Por ello, los departamentos de I+D y de Desarrollo en Campo de las casas de fauna auxiliar, están desarrollando distintas estrategias para combatirlo y, sobre todo tratan de concienciar al agricultor.

Control biológico invernadero Dalías

“En Almería el agricultor siempre ha sabido manejar muy bien los auxiliares. Pero cuando hay miedo a una nueva plaga como ésta de parvispinus, hay cierta tendencia a tratar más en las primeras semanas de cultivo con fitosanitarios y a liberar los auxilares un poco más tarde, pensando que quizás así van a tener un mejor control. Es un error. Nosotros insistimos en que es muy importante el control biológico preventivo y que los tratamientos se tienen que reservar para situaciones en las que con los auxilares no se llegan como apoyo a ese control de la plaga”, apunta Arévalo que matiza que cada vez” hay “menos productos autorizados” de un espectro compatible con los auxiliares y que al no poder alternar materias activas diferentes para el control del trips “se están generan resistencias”, lo que desemboca en un peor control de plagas.

Agrobio, innovación constante para ir un paso por delante de las plagas

"Lo más importante es conocer al enemigo. A partir de ahí empezamos a buscar soluciones de enemigos naturales que se encuentran en los lugares de origen de esta plaga y ver si tenemos aquí algún auxiliar similar que podamos implementar, puesto que están más adaptados a las condiciones de Almería. Si no intentamos traerlo de su país de origen. Hacemos muchos ensayos, ponemos a punto nuevas líneas de producción y, sobre todo, en Agrobío trabajamos en la mejora de esos auxiliares que ya conocemos. Buscamos adaptar las estrategias a un control correcto de la plaga, enseñamos al agricultor a reconocer el problema, hemos intervenido en la creación de protocolos de control biológico en semillero... Otra línea preciosa es el control biológico por conservación, basado en plantas que nos permiten albergar depredadores y parasitoides de pulgón, para un mejor control de plagas secundarias . También destacaría el PHYTOplus, un proyecto con el que hemos desarrollado un depredador que funciona muy bien para el control de araña roja. Poco a poco vamos avanzando en todo lo que vemos que es necesario, tanto en hortícolas como en cultivos al aire libre", apostilla Ana Arévalo.

La campaña, de poniente a levante

Como la extensión de terreno dedicada a la agricultura intensiva es tan grande y cada producto tiene su ciclo, los transplantes y la suelta de la fauna axuliar va por etapas. De momento, la implantación ha sido muy buena en la zona del pimiento temprano (principalmente Dalías y zonas de Berja y Adra) y ahora las furgonetas de Agrobío ya comienzan a visitar Tierras de Almería para ser más veloces que el parvispinus y resto de plagas que danzan por estos lares.

Pepe Fernández busca presencia de parvispinus en las hojas de su cultivo.
Pepe Fernández busca presencia de parvispinus en las hojas de su cultivo. / Marian León

Arévalo explica que el establecimiento de los ácaros y Orius está siendo muy positiva. "A pesar de que las últimas semanas han sido de bastante temperatura y viento, se están instalando muy bien. Aunque es verdad que quizás hemos detectado la presencia de parvispinus en las primeras semanas, incluso a veces antes de la suelta, de momento los resultados de control están siendo aceptables", aunque en algunas fincas va a ser necesario incrementar las dosis de depredadores para abarcar todas las plantas rápidamente: "Están apareciendo entradas de parvispinus en ventilaciones o en bandas, que proceden del exterior". Esta presencia del bicho es algo habitual que ocurre cuando se arrancan cultivos viejos coincidiendo con los transplantes de la nueva campaña: "Explicamos a los agricultores la importancia de que no se produzcan esos cambios de plaga de un cultivo a otro, que saquen las matas viejas en las mejores condiciones y, sobre todo, que se haga control biológico en todos los cultivos y en todos los ciclos", finaliza.

Pasadas las una de la tarde, el calor empieza a notarse en el invernadero de los Fernández. Fuera corre el aire, se está a gusto en la Sierra de Gádor, cinco o seis grados por debajo de la capital y los principales núcleos urbanos del poniente. Se nota que ha llovido, los matorrales que hay en los descampados frente a los invernaderos lucen altos. "La lobularia, el hinojo o la margarita playera son fenomenales como entorno para los bichos buenos". Las malas hierbas de antaño que el I+D+i demuestra que la naturaleza es sabia, la mejor aliada.

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