Los precios de las hortalizas sortean la crisis sanitaria

Coronavirus Almería

Las cotizaciones de algunos productos bajan en la última semana después del fuerte repunte en los días previos al estado de alarma, pero en la línea de campañas anteriores. El pepino Almería, ‘hundido’ toda la temporada

Los precios siguen la tendencia de campañas anteriores
Los precios siguen la tendencia de campañas anteriores / EFE

Almería/La inestabilidad de los precios en origen no es algo nuevo y la lucha por evitar caídas por debajo de los costes de producción es ya histórica en el campo. Justo durante las semanas previas a que la pandemia provocada por el Covid-19 empezara a ocasionar estragos en este país, agricultores de toda España, incluidos los almerienses, se movilizaban por todo el territorio nacional bajo el lema ‘Agricultores sin límites’ para llamar la atención de Gobierno central, europeo e incluso de la sociedad sobre la situación de crisis que se vivía en el campo; con el anuncio por parte del presidente Pedro Sánchez de decretar el estado de alarma, el consumo de alimentos y productos básicos se disparaba, había temor al desabastecimiento, y el auge de la demanda provocaba un alza en la mayoría de las cotizaciones de los productos hortofrutícolas en origen. Llegaba el confinamiento en los hogares y con él, simplemente haciendo lo que siempre han hecho en silencio, tanto los agricultores como otros profesionales del sector primario se convertían en héroes. Pero esta heroicidad a algunos productores se les está volviendo en contra, ya que el consumo de sus productos ha descendido de forma drástica, principalmente por el cierre de canal Horeca, así los ganaderos de caprino, por ejemplo. Sin embargo, las hortalizas almerienses, a pesar de que sus precios han bajado en la última semana, asemejan su comportamiento al de campañas anteriores, salvo ciertos picos, ya que la producción actual bajo plástico se encuentra en su fase final y preparada para afrontar la temporada de cultivos de primavera.

De acuerdo a los datos recogidos por el Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía, en la semana 13 de la campaña agrícola, es decir, del 23 al 29 de marzo, ya se percibe la caída de los precios en algunos hortícolas de invernadero. Así en el caso de la berenjena, en la semana 11 (del 9 al 15 de marzo cuando se decretaba el estado de alarma) su precio se situaba en 0,47 euros el kilo, un 51,6% más que la semana anterior, los días siguientes siguió su ascenso hasta diez céntimos más de media, sin embargo, esta pasada semana ya volvía a los 0,48 euros.

En cuanto al pimiento, de media en todas sus variedades, seguía una línea ascendente desde febrero tocando techo en la semana 11 llegando a los 0,97 euros el kilo, si bien la semana pasada y la anterior ya se han registrado descensos hasta establecerse en los 0,85 euros; en la campaña anterior en la semana 10 el precio medio era de 0,96 euros y en la 13 de 0,59. Respecto a este producto, la variedad correspondiente a Italiano es la que más fluctúa, sin dejar de subir su precio en origen desde febrero pero disparándose hasta los 1,54 euros en la semana del anuncio del presidente de España, para bajar en la siguiente hasta los 1,14 euros el kilo y subir en la última hasta los 1,44.

Precios de las hortalizas desde poco antes del estado de alarma
Precios de las hortalizas desde poco antes del estado de alarma / Dpto de Infografía

El tomate, sin embargo, llegaba a cumbre durante la primera semana de confinamiento, cuando su cotización en origen de media fue de 0,72 euros el kilo, siete céntimos más que la anterior y diez sobre la décima. En cambio ya en la pasada semana su precio bajaba hasta los 0,58 euros. En la temporada anterior, su precio era superior cerrando la semana 13 a 0,74 euros de media. Por tipos, el asurcado y el pera son los que muestran un comportamiento estable, mientras que el larga vida, liso y rama se han precipitado, cotizando el primero a 0,55 euros en la semana 11 y en la 13 a 0,36; el segundo a 0,78 frente a los 0,65 euros de los últimos días; y el rama pasando de los 0,62 a los 0,56 euros, a pesar de que en la semana de en medio llegó hasta los 0,82 euros el kilo.

El pepino Almería cierra la campaña a 0,15 euros el kilo, mientras la temporada anterior en fechas similares cotizaba a 0,41 euros

El pepino muestra su cara más cruda puesto que de media su precio era de 0,15 euros en origen en los últimos días frente a los 0,56 euros de 2019, sobre todo el tipo Almería, que acaba la campaña con ese registro después de alcanzar los 0,66 euros el kilo en la semana 10 cuando tocó tope y empezaba a caer; mientras en la semana 13 de la temporada anterior cotizaba a 0,41 euros. Pero este producto ha estado en una encrucijada durante toda la campaña, hasta el punto de que en los últimos días agricultores han decidido arrancar la producción. Según explica Adoración Blanque, secretaria general de Asaja Almería, este producto no ha remontado en todo el año, “ha sido el único producto que no ha tenido reacción al tema de la crisis sanitaria”.

Judía y calabacín, al contrario que el resto de hortícolas, viven un buen momento. Respecto a la judía verde se situaba en la última semana en los 2,11 euros el kilo, la cifra más alta desde la semana previa al estado de alarma, aunque inferor a las anteriores en febrero. El calabacín, por su parte llega a los 1,05 euro el kilo, un precio medio que no ha dejado de subir, puesto que en la semana 10 era de 0,23 euros el kilos y de 0,43 en la 11.

Salvo en productos puntuales como el pepino, la demanda de hortalizas continúa, si bien no como al inicio de la crisis sanitaria puesto que no hay ese temor al desabastecimiento. Blaque añade: “Se sigue la línea de campañas anteriores. En abril comenzarán las producciones de otros países y nuestros pedidos descenderán”.

En torno al 80% de la producción almeriense se exporta. En este sentido, la secretaria general de Asaja señala que la implantación escalonada del Covid-19 en diferentes países sí ha interferido en modo de repuntes de demanda semanales, acumulándose pedidos por dos motivos: porque cuando aumentan los contagios en un destino de los productos de Almería la población tiene la misma reacción que se tuvo en España de temor y aprovisionamiento y porque los intermediarios, es decir las cadenas, incrementan también su demanda como previsión de que se pueda producir esa reacción y porque la salida de pedidos se ralentiza por la bajada de personal en los centros de manipulado como medida de seguridad y porque se está produciendo cierto absentismo.

Desde el campo ahora se mira con recelo la marcha de los precios en los cultivos de primavera, ya que actualmente la fruta, como la fresa o la fruta de hueso, atraviesa un nefasto momento. Además, la prohibición de vender fruta cortada, como se comercializa la sandía y melón en algunos supermercados, puede acentuar una bajada del consumo.

Para fomentar el consumo de productos locales, Asaja-Almería ha puesto en marcha la campaña “Elige producto de la tierra, ganas tú, ganamos todos”, con la que se quiere poner en valor el trabajo que desempeñan las explotaciones agrarias de forma habitual. Así, se suma a la iniciativa también emprendida por la Consejería de Agricultura #ConsumeAndalucía, con la que se pretende reforzar a sectores productivos, gravemente amenazados por la situación de crisis sanitaria.

El marisco cae pero el pescado se mantiene

En estos días de confinamiento, la lonja de la capital continúa con su actividad. En el sector pesquero y en cuanto a los precios, está afectando sobre todo a las capturas de marisco, cuya cotización ha caído en un 50%, “los barcos intentan pillar lo menos posible”, detalla José María Gallart, gerente de Asopesca. Respecto al pescado, y en lo que Almería se refiere, su precio se mantiene estable, después de que en los primeros días tras el decreto del estado de alarma llegasen a caer hasta la mitad. Esto se debe, sobre todo, al reajuste entre oferta y demanda, ya que si el consumo ha bajado el número de pesqueros también se ha reducido en un 40% en la capital almeriense, principalmente por la falta de rentabilidad y por la incapacidad de cumplir con las medidas de seguridad frente al Covid-19.

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