Madrileños, granadinos, jiennenses, toledanos... El turismo nacional ya conoce el proyecto turístico que está desarrollando en Almería la Asociación Maguen Sefarada, presidida por Carmelo López. En una tierra que es un crisol histórico de culturas, Ayre Sefardí pretende dar a conocer la importancia que tuvo en la historia de Almería la cultura judía.

“Hubo una comunidad importante, no demasiado grande, que realizaba tareas de gestión financiera de la ciudad, sobre todo con el control del tráfico marítimo”, explica Carmelo López, quien esta semana ha tenido una reunión importante, que puede poner a la capital en la mirada de muchos turistas de origen judío, que además de playa y buen tiempo busquen reencontrarse con los lugares donde vivían sus antepasados.

El tour operador londinense Marcel Manson y a su esposa Helena, habituales veraneantes en Mojácar, habían contactado con la asociación almeriense antes de la pandemia y han aprovechado la visita para conocer el proyecto que desarrolla Ayre Sefardí. “Mueve a judíos de todo Europa, no sólo del Reino Unido. Vio publicidad por nuestra por las redes, contactó conmigo y quedamos en vernos. Pretendemos que vengan en grupos organizados como nos ha propuesto Marcel, que tiene su propia agencia de viajes”, indicaba López a Diario de Almería.

Precisamente eso es lo que busca la asociación, un acuerdo con una agencia de viajes que les organice la llegada de turistas del resto de España para que crezca este segmento de turismo-cultural. “Esperemos que para este verano se empiece a ver ya algún grupo. Estamos en contacto con mucha gente, pero no sabemos la trascendencia que puede tener en unas fechas tan cercanas. La experiencia gastronómica ya la implantamos el año pasado y tuvo un gran éxito, con grupos de hasta 15 o 20 personas en cada visita. Este año ya incluimos los hoteles a las visitas y la experiencia”, que se desarrolla la famosa Tetería del barrio de la Almedina, puesto que la comida árabe es la más parecida a la sefardí.

Miembros de Ayre Sefardí con el tour operador londinense.

Hablando un poco de la historia de la Almería judía, dos fueron los grandes focos donde vivieron: el primero en Pescadería y el segundo, siglos después, en las calles que hay entre la Puerta Purchena y la Plaza Vieja. “La gran mayoría de ciudades no tenemos patrimonio judío en pie, excepto grandes capitales como fueron Toledo o Córdoba. Algunas tiene un cementerio, otras una sinagoga, pero la mayoría sólo tenemos espacios donde vivieron. Ahí es donde relatamos la historia de la Almería judía”, y que Ayre Sefardí confía en convertir en atractivo turístico.