El sabor más andaluz de Fondón navega por el Sena

Hablar de Fondón es hablar de recuerdos mineros, de sonido flamenco en una noche de verano, de un sinfín de sabores para el paladar. Es un pueblo con un gran patrimonio histórico-artístico pero que ofrece al visitante otros muchos atractivos, por ejemplo, su gastronomía.

Situado en pleno valle del Andarax, al sur de Sierra Nevada, es conocido por sus famosos mantecados que llenan las bandejas de las casas de todos los almerienses cada Navidad. En el secadero que hay a la entrada del pueblo llama la atención la cantidad de jamones que cuelgan del techo, sin duda otro agradable manjar gastronómico. Pero como no podía ser de otra forma al buen jamón siempre debe acompañarlo un buen vino, y Fondón lo tiene.

Este rincón privilegiado alpujarreño se ha convertido en el representante más andaluz de esta serranía para cualquier paladar, sobre todo desde que su antigua quesería se ha convertido en una fábrica de gazpacho.

Solfrío, nombre del riquísimo gazpacho andaluz que nace en tierras fondoneras, es una empresa dirigida por Emilio Pérez e Isabel Martín y que abrió sus puertas en noviembre del 2007. A pesar de ello, su producción comenzó hace sólo unos tres meses y ya han llegado a elaborar unos 300.000 litros de esta rica bebida. Eso sí, lo que se produce se vende al instante, ya que todo va sobre pedido.

En muchas regiones de España, sobre todo en Cataluña, y otros paises de Europa ya conocen el inconfundible sabor del gazpacho de Fondón. Solfrío, en un corto transcurso de tiempo, ha conseguido llegar a otros países, como por ejemplo a Francia. Este país vecino reconoce de tal forma la calidad de este gazpacho que solamente se sirve en los mejores lugares. Y es que es un privilegio visitar París, llevar al amor de tu vida a cenar a los barcos que navegan sobre el romántico Sena y probar en él un magnífico gazpacho de auténtica esencia andaluza que se produce en plena Alpujarra almeriense, en Fondón.