Amigos de la Alcazaba analiza los pueblos de colonización en Almería

Charlas

El arquitecto Pablo García abordó las características de los 14 pueblos diseñados sobre plano

Oscar Rodríguez Barreira, María Teresa Pérez y Pablo García Pellicer.
Redacción

24 de febrero 2024 - 18:39

El Museo de la Guitarra ‘Antonio de Torres’ volvió a abarrotarse con una nueva cita del ciclo ‘De la Posguerra al Desarrollismo’, organizado por la asociación Amigos de la Alcazaba, con la que se pone en el foco en el urbanismo de la historia reciente, la que de forma más clara traslada sus consecuencias a nuestro presente.

Fue el turno para Los pueblos de colonización, por el arquitecto Pablo García Pellicer, y para La ley de Memoria Democrática y su aplicación en la ciudad de Almería. Placas, símbolos y calles, por el historiador de la Universidad de Almería, Óscar Rodríguez Barreira.

La presidenta de Amigos de la Alcazaba, María Teresa Pérez, señaló en su presentación que “son temas de vigencia plena y que nos permiten tener una mirada completa sobre nuestro presente. En el caso de los pueblos de colonización pero ver como en algunos casos ha sido tan maltratado y en el de la Memoria Histórica de vigente actualidad, puesto que se ha constituido una comisión de expertos creada por el Ayuntamiento de Almería con cuyo informe se determinarán las actuaciones en cada caso”.

García Pellicer comenzó apuntando que “El Instituto Nacional de Colonización (INC) construyó entre 1945 y 1970 alrededor de 300 pueblos en España, de los que catorce de ellos fueron en Almería, con el objetivo de alojar a las familias de los colonos, que venían a trabajar las nuevas tierras puestas en regadío”.

Concretamente, fueron en el Campo de Dalías: una ampliación en Roquetas de Mar, El Parador, Las Norias, Camponuevo del Caudillo (La Mojonera), Las Marinas, Puebla de Vícar, San Agustín y El Solanillo; en Campo de Níjar: Campohermoso, Puebloblanco, San Isidro y Atochares; y en El Saltador – Huércal Overa: San Isidro y San Francisco.

El arquitecto hizo una exposición de las particularidades de estas planificaciones urbanistas y arquitectónicas “que se hicieron sobre plano y después se ejecutaron de manera bastante fidedigna y muy bien resuelto en muchos aspectos, como en los puntos de encuentro y plazas para vida social, como las distancias -había como máximo 2,5 kilómetros de la vivienda al trabajo, lo que equivalía a 45 minutos en carro-, desarrollos de lo que hoy llamaríamos como espacios verdes… La comparación con algunas urbanizaciones de hoy, donde nada de eso se tiene en cuenta, que tan solo son filas de casa adosadas es muy significativa”, apuntó.

La ponencia también sirvió para enumerar algunos de los recursos de composición. Entre ellos, romper las perspectivas con trazados curvos, expresar lo máximo con los mínimos recursos (como con las puertas de entrada un plano distinto a la calle) y atención a los detalles, “incluso las farolas, los depósitos de agua o el cuarto de motores o las celosías estaban resueltas con bastante dignidad”.

Además, “los campanarios solían poder verse desde la tierra trabajada para poder decir ‘ese es mi pueblo’ y todos tenían algo diferente para aumentar la sensación de identidad, además de contar las iglesias con una decoración muy significativa”.

Debate en torno a la Ley de Memoria Histórica en la ciudad

La conferencia de Óscar Rodríguez Barreira generó mucho más debate sobre la aplicación de la Ley de Memoria Histórica (Ley 20/2022) que viene a ampliar la de diciembre de 2007 (Ley 52/2007). El historiador social y político hizo en primer lugar un desarrollo conceptual sobre la evolución de la opinión de la sociedad sobre este asunto. “Al principio se vivió como si fuera una ‘extraña normalidad’, con esas frases de ‘echar al olvido’ o ‘todos fuimos culpables’ que tanto se decían, pero con el paso del tiempo y la consolidación democrática, nuestra democracia fue consciente del desequilibrio existente”. Elementos arquitectónicos, placas, símbolos y calles parecen que van a tener, según el historiador, distintas suertes. “La cruz de los caídos de las Claras están en un lugar privado y cerrado y no contiene ya ni el escudo, ni la leyenda, ni referencias, porque se adecuaron a la ley de 2007”. Eso contrasta con “el Mausoleo de los Caídos en La Garrofa se ha convertido en un lugar de reunión de grupos fascistas que realizan enaltecimiento”. En este sentido, Rodríguez Barreira anima al Ayuntamiento “a repensar una actuación para convertirlo en un espacio de recuerdo democrático, de todas las víctimas, que deje claro, como dice Tony Judt, que hemos dejado atrás todo y que ahora podemos avanzar hacia una era nueva y mejor”.

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