Pilar Cernuda
La mayor corrupción jamás conocida
El autor del best seller El arte de no amargarse la vida llega hoy a Almería invitado por Diario de Almería para participar en Diario de los Libros. Presentará su nuevo libro Nada es tan terrible a las 20 horas en el salón de actos del Centro de Cultura de Cajamar en la Casa de las Mariposas.
-Nada es tan terrible, su nuevo libro. ¿Es lo mejor para adquirir la felicidad?
-La psicología cognitiva es la más demostrada científicamente. Existen más de 2.000 estudios que avalan su eficacia. Si te la aplicas con profundidad, te sacas todas las neuras: dejas de tener complejos, de cabrearte, ganas una gran autoestima... Miles de personas lo han comprobado ya.
-Usted afirma que se puede acabar con todos los miedos. ¿Es eso posible?
-Sí porque los miedos son sólo ideas y con la mentalidad correcta, se desvanecen. Por ejemplo, el miedo a morir. Hace poco, iba en avión junto a una chica aterrada. Le dije: “¡Estrellarnos sería una buena forma de morir!”. Si aceptase esa idea por completo, su temor desaparecería instantáneamente.
-¿Se puede llegar a la felicidad plena, de forma permanente?
-Mucha gente es feliz casi por completo. Por ejemplo, monjes y monjas de clausura. Es más fácil de lo que parece: tan sólo has de quitarte necesidades de encima. Poder decir como San Francisco de Asís: “Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco”.
-Lo contrario es caer en la “necesititis”, ¿verdad?
-La “necesititis” es la enfermedad del siglo XXI, la madre de la depresión y la ansiedad. Consiste en creer que necesitamos mucho para estar bien: pareja, hijos, estudios, un buen trabajo, estar delgado, ser extrovertido, haber viajado, saber idiomas, ser elegante y diez mil cosas más. Y como falle en algo de todo eso, soy un gusano, ¡un fracaso!
-Hoy en día, parece que hay gente permanentemente cabreada, no sé si con el mundo o con ellas mismas. ¿Usted tiene esa misma percepción?
-Sí. Esos tienen necesititis de perfección: los trenes deben llegar siempre a tiempo, el camarero servirles rápido, que no haya ni una sola caca de perro en la calle, etc. Pero esa perfección no existe. Y si fuese posible, tampoco les haría felices. ¡Se aburrirían: el mundo sería maquinal, extraño!
-Sus libros se han convertido en referentes de autoayuda. Y ya tiene cuatro en el mercado. Cuando se pone a escribir: ¿En qué piensa?
-Mi método consiste en investigar a las personas más fuerte y felices: ¿qué diálogo interno tienen; qué visión del mundo? Y, luego, copiar esa manera de pensar. Por ejemplo, Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas, tenía el siguiente lema: “Mientras pueda hacer cosas valiosas por mí y por los demás, podré ser muy feliz. No importan las limitaciones”.
-Usted publicó una obra cumbre: ‘El arte de no amargarse la vida’. Usted cree que en general, la gente se suele amargar por casi todo.
-Cuando estamos neuróticos, entramos en “modo queja”, en “modo carencia”. Nos convencemos de que nos faltan muchas cosas esenciales. Pero yo les pregunto a mis pacientes: “¿te das cuenta de que lo tienes todo ya para ser mega feliz?”. Al final de la terapia se dan cuenta de que hasta en la cárcel están genial.
-En su último libro, de hecho, hay una entrevista a un ex-presidiario.
-Es Damián, un chico de treinta años que conocí en la cárcel Modelo de Barcelona. Yo estaba dando una charla allí y al final, se me acercó y me dijo: “Yo he aprendido a ser feliz aquí, en la cárcel”. ¡Había aprendido la psicología cognitiva él solo!
-Siempre me han dicho que hay mucha gente negativa en la calle. Como maestro de psicólogos me gustaría que me sacara de la duda.
-Un 30% de la gente está muy mal anímicamente. Y otro 50%, aguantando. Sólo hay un 20% plenamente feliz. Estos últimos creen que “solo necesitamos el agua y la comida del día para ser felices”. ¿A qué esperas para hacerte con su filosofía?
-De dónde saca tanto tiempo para escribir y continuar su trabajo con pacientes y la formación de médicos.
-Yo no tengo hijos. Y, desde hace unos añitos, tampoco pareja. Así que tengo mucho tiempo para hacer cosas maravillosas y pasármelo en grande. De todas formas, también podría ser feliz con 15 hijos, en plan familia del Opus Dei. Todas las opciones son geniales.
-No se si conoce Almería, una ciudad acogedora, con buen clima y una rica gastronomía.
-No, pero seguro que me encanta porque yo adoro el sur, por su clima y la calidez de la gente. Por cierto, el sol es importante para la salud mental.
-Imagino que una mente tan privilegiada como la suya no descansa. ¿Con qué publicación nos va a sorprender en el futuro?
-Mi próximo libro va versar precisamente sobre cómo mejorar el funcionamiento de la mente mediante la alimentación, los suplementos y otras medidas. Y, de hecho, hablaré del sol; de cómo la vitamina D, que se obtiene tomando el sol, es esencial para el sistema nervioso.
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