De las casas señoriales del Barroco al confort burgués

El proyecto Rompiendo Barreras, creado por la Asociación Amigos de la Alcazaba, salió de las cuatro paredes del Patio de Luces de la Diputación, donde se aloja la exposición sobre los 150 años de planificación urbana de Almería, a las calles de la ciudad para mostrar ayer, en un itinerario, la evolución de la Almería Barroca al Confort Burgués. Una experiencia visual, cronológicamente el paso del siglo XVIII al finales del siglo XIX, y representado en las viviendas que se contemplaron en la ruta explicada por el doctor en Historia del Arte Alfonso Ruiz, junto al arquitecto técnico Juan Francisco Escámez.

Alfonso Ruiz afirma que "el objetivo es mostrar la evolución de la ciudad a partir de modelos de viviendas relacionados con el antiguo régimen barroco, casonas señoriales, carentes de elementos del confort como hoy los entendemos, hasta cuando en el XIX se desarrolla, y aparecen otras tipologías de viviendas, ya relacionadas con la burguesía, donde se incluyen una serie de servicios públicos y espacios que forman parte de la ciudad horizontal".

Alfonso Ruiz se adentra en las características de las dos etapas que se han analizado: en el Barroco son casonas con un interior austero de grandes dimensiones con la portada como único referente de prestigio de la nobleza del antiguo régimen. Por su parte, en el siglo XIX, la burguesía se preocupa de construir viviendas donde "el clasicismo y la elegancia exterior, y sobre todo el confort interior, forman parte de un nuevo modelo de pensamiento, en el que las casas permiten hacer más agradable la vida en vez de ser un mero elemento de prestigio". Mientras que en el barroco, una sociedad agrícola, dedicaba la parte baja a almacén, en la burguesía son personas de negocios que utilizan todo el interior para mejorar su confort.

Alfonso Ruiz pone como ejemplos del Barroco en Almería, la Casa de los Puche en la Plaza Bendicho, Casa de los Perceval en la calle Eduardo Pérez y Casa de los Almansa que es el actual Archivo Histórico en la Plaza Campoamor. Por su parte, los ejemplos burgueses son una vivienda privada de la calle Granada 72, el actual Hotel Catedral de la Plaza de la Catedral y la Casa José Ángel Valente convertido en Museo Casa del Poeta.

El coordinador general de Rompiendo Barreras, Francisco Verdegay, vicepresidente de la Asociación Amigos de la Alcazaba, explica el contexto urbanístico. "Hasta el año 1855, la ciudad conventual está encorsetada en las murallas. Los edificios más destacados son las iglesias y los conventos, y también esas casas que Pedro Antonio de Alarcón describió que parecían de una ciudad norteafricana: Casas blancas de un solo piso, y muy pocas de dos plantas, que correspondían a la oligarquía señorial como la de Los Puche".

La solución estaba en derribar las murallas porque se había formado un cuello de botella en la Puerta de Purchena, de donde salían los nuevos barrios de la calle Granada, Murcia y Regocijos.

Cuando se derrumbó esa muralla, se dio el empuje necesario para el ensanche de la ciudad, haciendo esas casas que la burguesía pretendía, no sólo como modelos constructivos sino como un urbanismo diferente. "La burguesía deseaba hacer amplias avenidas como las que existían en las grandes ciudades, con una fachada ostentosa donde mostrar su poder, y con un interior confortable como explicó Alfonso Ruiz en el itinerario.