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La novela que transformó una iglesia en catedral

"Falcones revolucionó el panorama literario español construyendo con su 'Catedral del mar' una saga en busca de la liberación del sometimiento medieval"

Antonio Galindo

08 de julio 2018 - 02:33

La ficha

'La catedral del mar y los herederos de la tierra' Ildefonso Falcones.Editorial Grijalbo. 2006 y 2016

Pocas novelas contemporáneas españolas habrán conseguido el éxito unánime de público y de crítica prácticamente desde su salida al mercado como "La catedral del mar". Y mucho más tratándose de una ópera prima. El boca a boca le llevó en menos de un año a vender más de un millón de ejemplares, con un recorrido vertiginoso en ediciones, traducciones a 15 idiomas, presencia en 32 países, adaptación para la TV de igual éxito y la edición de una segunda parte. Ese mareante comienzo literario no fue óbice para publicar posteriormente otras novelas de gran calidad y reconocimiento público: "La mano de Fátima" (2009) con el levantamiento de los moriscos en la Alpujarra; "La reina descalza" (2013) basada en la poco conocida expulsión de los gitanos y la continuación de la catedral del mar "Los herederos de la tierra" (2016). Todo esto lo han terminado de encumbrar como uno de los escritores más populares de nuestro país.

En las novelas relativas a La catedral del mar, se desarrolla una historia de cuatro generaciones durante un siglo (1320-1423), comenzando con Bernat Estanyol, un payés que con su hijo Arnau, debe huir de su señor feudal, buscando en Barcelona el ser ciudadanos libres. Arnau termina trabajando como bastaix, que a manera de faro, se convierte en el eje argumental de las novelas, ya que éstos transportan las piedras para la construcción de Santa María del Mar, la iglesia del pueblo.

Las dos novelas tienen una gran urdimbre histórica, con las referencias necesarias al derecho medieval, para entender y enriquecer el contexto en el que se desarrolla la acción. Así aparecen desde las luchas regias por el poder, los intereses comerciales en las tierras italianas, las alianzas interesadas con el Papa de turno o las diferentes formas legales de liberación de los esclavos o la posesión de la tierra en enfiteusis.

Pero lo que considero el gran valor de las novelas es la trama y la constante lucha por la libertad, por no arrodillarse ante nadie y frente a ese sometimiento medieval, se antepone la venganza, que se convierte en la fuente de acción durante toda la obra por parte de todos los personajes. La fuerza del amor está presente pero es superada con creces por esa venganza.

Si en la primera parte, la acción gira en torno a Santa María del Mar, en la segunda, es el vino el argumento que teje la historia, rezumando en diferentes capítulos una pasión por las viñas, su cuidado, la elaboración del vino… palpándose una verdadera devoción por la viticultura.

Cien años de historia dan para muchos y variados personajes: bastaixos, nobles, judíos, comerciantes, cambistas, inquisidores, prostitutas, religiosas… todos y cada uno con su propia estructura y fuerza, con momentos álgidos que quedan grabados a fuego, como la postura al final de la historia de Bernat, el nieto, o la decisión de su ex mujer Mercé durante una tortura.

Dos novelas imprescindibles en cualquier biblioteca cuyo contenido ha trascendido del propio libro para formar parte de la fisionomía de Barcelona, que ahora tiene dos catedrales. Y una de ellas, la construida por y para el pueblo, lo es por intuición de un escritor, Ildefonso Falcones, que como los antiguos canteros, ha dejado su huella, en forma de tinta indeleble, sobre las piedras de sus muros, de la propia imagen de Sta. María del Mar y sobre todo en los relieves de los bastaixos que presiden su monumental puerta principal.

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