Qué es el fútbol?, ¿qué es jugar bien?, ¿es aceptable ganar sin jugar bien?, ¿ganar es lo único que importa?. Estos son algunos de los interrogantes que se desprenden luego de la conferencia de prensa de Xavi Hernández, dos días después de ganarle al Real Madrid por la mínima, con un autobús de los grandes delante de la portería. El técnico blaugrana dijo también -y no es la primera vez- que el Barcelona es el club más difícil porque hay que ganar jugando bien, con el 70% de posesión y generando 17 ocasiones de gol, sin importar la entidad del rival que haya enfrente.

De haber ocurrido al revés, es decir, si el Real Madrid se impusiera 1-0, hubiera sido fiesta nacional, dijo el técnico egarense y es probable que así sea. Es una discusión práctica frente a otra teórica, casi romántica. Donde al parecer el fin último no es vencer, sino convencer. Pero la historia del mundo, no solo del fútbol, está escrita por los que vencen y no por los románticos, los de los libros y las bibliotecas. Existe cierta creencia que al aficionado culé no le gusta ganar de cualquier manera. Algo difícil de defender, después de enterarnos que se ha pasado años pagando al jefe de los árbitros. Pero no es por nadie conocido que a algún aficionado le haya molestado ganarle al Madrid en su casa el jueves pasado. Me animo a decir que cualquier hincha del Barça hubiera aceptado haber marcado un gol aunque sea con la mano frente al Almería para empatar o ganar un encuentro trascendental para sus aspiraciones.

La Argentina ganó el último Mundial por puro pragmatismo. Por jugar de una manera práctica frente a rivales con plantillas de mucho más renombre. A nadie, ni al menottista más radical, se le ha escuchado estar disconforme con la tercera. Todos lucen orgullosos la estrella en su camiseta. El fútbol va de ganar o perder. Jugar para el espectáculo como el Rayo de Paco Jémez e irte al descenso no renta. El técnico canario acumula cuatro descensos, eso sí, jugando bonito. Más discurso que resultados. Ganar o jugar bien, esa es la cuestión. Las dos cosas es la excelencia. Todos quieren todo. Casi nunca se puede.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios