Ramón Masats, en la españa de los tópicos

Para mí no existe un solo estilo de fotografía, como no existe una única forma de mirar, esa hermosa virtud que heredamos de la infancia y que la mayoría de los mortales perdemos con el tiempo. Hay una fotografía familiar, la cotidiana, la que disparamos con los celulares desde nuestra mirada llena de curiosidad; hay una fotografía artística, desde nuestra mirada creativa; la fotografía como periodismo, desde la mirada inquisitiva y está también la fotografía como instrumento para narrar la vida, que aquí encuentro en la mirada de Ramón Masats.

Algún listillo del Régimen le encargó retratar la vida de aquella España llena de tópicos de los años cincuenta y principios de los sesenta cuando, recién creado el Ministerio de Información y Turismo, se le ocurrió que la mejor manera de vender la marca nacional era a través de los tópicos creados por aquella sociedad con los que la política del régimen bendecía su propia idiotez.

Entonces a alguien se le ocurrió que el prestigioso fotógrafo de la vida, Ramón Masats, podía ser el indicado para recoger el “topismo” nacional de la caspa o de la casta del país que, para muchos rebeldes al Régimen, contenía una rabia como forma de verbalizar su oposición y que Ramón Masats supo traducir en ironía, ironía que hoy me parece corrosiva, aquel encono que para otros entonces no era más que grosería.

Desde la espléndida mirada con el título “Visit Spain”, que ofrece hasta el 21 de enero el Centro Andaluz de la Fotografía, Ramón Masats echa el ojo para atrapar instantes que otros no ven. La mirada de Masats es, ¿cómo te diría?, es como la mirada del halcón que mira su presa, la acecha y se cobra aquel instante fugaz y nos lo ofrece ya eterno. Así es como Masats construye con su cámara la imagen de un país entre los años cincuenta y sesenta con la que los políticos de la autarquía querían construir la España del turismo.

Desde la perspectiva de hoy la exposición “Visit Spain” del CAF, más que tal, se me antoja un relato visual, una historia mayor a partir de un relato que Masats, queriendo o sin querer, construye con imágenes plagadas de personajes estereotipados y hasta escenas que son hoy, sin embargo, testimonio gráfico de la historia y vida de una época de España de la que deja constancia con una especie de brillibrilli o, mejor dicho, como si la exposición fuera un documental cinematográfico de una época y que, curiosamente, a partir de finales de los sesenta quería apartar el franquismo, pero ya era tarde. La España de los tópicos ya estaba creada.