Manuel Campo Vidal

América Latina teme la caída de las remesas

13 de mayo 2025 - 03:09

Más allá de la geopolítica que pretende redibujar fronteras, o cambiar de pronto tratados internacionales como el del Canal de Panamá, o subvertir alianzas tradicionales como la de Estados Unidos con Canadá o con Europa, las clases populares de América Latina temen la drástica caída de las remesas de los emigrantes.

Da igual que se pregunte en México, El Salvador, Guatemala, Honduras, Ecuador, Paraguay o República Dominicana. Además de los 11 millones de habitantes residentes en la isla, otro millón de dominicanos vive en EEUU y casi medio millón más en Europa. Es uno de los casos más significativos.

Una parte importante de la población de América Latina sobrevive gracias al envío de remesas de dinero de sus familiares en el exterior. La inflación por los cambios económicos por aplicación de nuevos aranceles, retracción económica, o cualquier otra causa, va a limitar la capacidad de ahorro de esos inmigrantes, preferentemente los hispanos en Estados Unidos. Y, en consecuencia, disminuirá la posibilidad de enviar fondos, como se hace mensualmente, para ayudar a sus familias en los países de origen. La ciudadanía que vive auxiliada por la protección familiar teme ese doble impacto de la inflación: la de su propio país, que en algún caso se ve venir, y la de los países donde trabajan los parientes solidarios.

En sus últimas previsiones, el Fondo Monetario Internacional advertía de un posible retroceso del crecimiento de la economía mundial en medio punto, que llegaba hasta un punto de caída en Estados Unidos por el impacto de las decisiones económicas de Donald Trump. Así que, de cumplirse esos pronósticos, lo de “hacer América más grande” del famoso eslogan, de momento queda en “encoger un poco América” con las repercusiones negativas que se inducen en otros países.

Fue precisamente en la sede del Fondo Monetario Internacional, en Washington, donde su entonces Gerente, Rodrigo Rato, nos mostró con detalle en sus estudios el impacto de las remesas en una parte importante de los países del mundo. Se sabe de la existencia de remesas y de una potente estructura comercial de casas de envíos de dinero; pero no se conoce cuan vital es esa aportación para la vida y la estabilidad de tantos países. Destacó el caso de El Salvador, e incluso el de Haití. Y puso el ejemplo de localidades mexicanas de escasos recursos donde, sin embargo, sobrevivía con relativa solvencia una sucursal bancaria que gestionaba, básicamente, el único gran ingreso en la economía local: las remesas.

Pero no sólo el temor de los hispanos está en el corte, o la reducción muy sensible, de las cantidades de ayuda familiar, sino en la propia seguridad de los expatriados. Un grupo de venezolanos, perfectamente legalizados, explicaban estos días como suspendieron una visita concertada al Congreso de los Estados Unidos simplemente por temor. La historia de algunos pocos compatriotas suyos incluidos por error en el contingente de deportados a cárceles de El Salvador, estremece. Y la dificultad para rescatarlos todavía impresiona más.

Asimismo, hay noticia de la suspensión o aplazamiento de viajes turísticos a EEUU –primer destino mundial, al que siguen España y Francia– hasta que lleguen tiempos más seguros. Las agencias turísticas españolas estiman en unos doce mil los viajeros que han desistido por el momento de esas vacaciones, en los últimos tres meses, optando por destinos menos arriesgados. Como se puede ver, la repercusión de la nueva política emanada de la Casa Blanca no se queda en altos despachos y grandes cifras.

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