Del partido ante el Betis, además de quedarnos con el segundo tiempo rojoblanco o el crecimiento en las últimas jornadas de Samú Costa, con gol incluido a pase de Luis Suárez, me quedo con la irrupción del delantero colombiano, que hizo un auténtico partidazo, con gol y asistencia. El futbolista, cedido por el Olympique de Marsella y con un contrato largo firmado en caso de lograr la permanencia, ha llegado a Almería a demostrar que la versión ofrecida en la vecina Granada no se asemeja a su verdadero potencial, más acorde con lo que ofreció en Zaragoza. Su brega y capacidad para sacar petróleo de donde no hay han hecho que le coma la tostada a El Bilal y le robe la titularidad en las últimas jornadas, aunque ambos delanteros demostraron que la opción de jugar juntos no puede descartarse. El rendimiento de Suárez ilusiona y es algo a lo que agarrarse tras los últimos resultados. Es un fichaje invernal que ha venido a mejorar nuestra plantilla, con un impacto inmediato. También ha tenido que ver el hecho de que Rubi le haya dado confianza y continuidad, y el ariete ha respondido. Hay otros jugadores en el once que no responden de la misma manera, pero disfrutan de una bula que no disfrutaron otros que a las primera de cambio desaparecieron del once, rotaciones y sustituciones. El Almería va a necesitar que toda su plantilla esté enchufada y se sienta importante, y para eso el entrenador debe ser más ecuánime y consecuente con sus actos. Tiene que darle una vuelta al esquema, al sistema defensivo y a la defensa. El equipo hace aguas atrás, incluso en los partidos que gana. No es sostenible tener que marcar mínimo 3 goles para poder ganar partidos y ante el Betis ni eso nos habría servido. El Almería del ascenso se construyó desde la fiabilidad defensiva, sobre todo en la primera vuelta. Que Fernando, siendo el portero con más paradas de la liga, sea de los más goleados, habla muy mal del apartado defensivo...

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