Txabi Ferrero

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De la histeria a la historia

El fútbol no es un deporte caótico, aunque lo pueda parecer, y tampoco es ilógico, aunque en ocasiones se enreda. Las sorpresas inesperadas, las de ciento en viento, son las que le hacen más grande. Es una de sus fortalezas. También lo es su indudable capacidad para hacerse indescifrable. Los más eruditos yerran como novatos y se llevan las manos a la cabeza ante determinados marcadores porque rompen con la teoría y lo normal. Pero lo previsible en este deporte se hace imprevisible de vez en cuando. La conocida historia del pequeño que se come al grande alcanza tintes heroicos entonces y su dimensión es histórica. Y todo porque es solo un juego y no es una ciencia exacta como las predicciones del tiempo. Aquí se dan una serie de variables indetectables. Así, el correctivo en Montilivi tuvo mucho que ver en la victoria de la UDA sobre el Barça. Los de Rubi han pasado de la histeria a la historia en tan solo una semana. Cambiaron el sonrojo por los aplausos y la vergüenza por el carácter. Rodrigo Ely y Babic, centrales aseados en el juego aéreo y limitados en el campo a través, recordaron a mitos como Franz Beckenbauer, Daniel Passarella o Paolo Maldini, con las lógicas reservas. El equipo corrió y fue solidario. Cerró líneas y defendió con orden y sin errores. Demostró que tiene aptitudes y actitudes para competir. Y por qué solo las exhiben contra los grandes y las esconden contra los de su Liga. La pregunta no tiene respuesta. Ni la tendrá. Es un misterio. Quienes tuvieron la fortuna de presenciarla en directo han de ser considerados como privilegiados porque han pasado muchas décadas para que se haya dado y quién sabe si se podrá repetir. La UDA no se salvaría jugando todas la semanas contra los azulgranas, pero sí con la calidad y orgullo que tienen y demostraron.

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