Análisis

Jorge Colipe

Hasta las pelotas

Almería, 20 de noviembre 2023 - 00:00

Aluis Rubiales le cayeron tres años de inhabilitación decretados por la justicia futbolera, uno y medio por el beso que le dio a Jenny Hermoso y otro año y medio por agarrarse sus zonas pudendas, que en mi barrio le dicen pelotas. Si, así fue, el tipo en plena celebración del mundial, se cogió los testículos con las dos manos y se las ofrendó a quien quisiera mirarlo. Al lado del hooligan de Rubiales, estaba la reina y su hija, que por suerte en ese momento no se percataron de la situación. Frente a las pantallas, millones de personas en el mundo entero flipaban con el entonces presidente de la federación española de fútbol, que con sus acciones empañó la gesta de la selección femenina de fútbol. Lo que en principio la FIFA provisionalmente hizo, fue lo que nadie se atrevió, que fue suspender al presidente de la federación durante 90 días. Ahora es una decisión en firme que alcanza los tres años por haber infringido el artículo 13 del código de este organismo que controla el fútbol mundial y que lo inhabilita para participar en cualquier actividad relacionada al fútbol, a nivel nacional o internacional. Todo por un arranque de efusividad que coronó con aquel beso que acabo con su carrera profesional dentro del fútbol. El pico más caro del mundo para aquel que de la nada había conseguido tocar el cielo con las manos y a ver quién acepta al apestado ahora que se encuentra en horas bajas con tremenda tarjeta de presentación. A pesar de todo, el capo insiste en que va a recurrir la decisión que a su buen saber y entender, es cosa del esfuerzo de algunos políticos, medios de comunicación e instituciones. Su teoría es que hay una mano que lo quiere hundir, pero si se hubiera quedado quieto, seguiría reinando. Vaya pelotas tiene el tío, por no hablar de su señora madre, que por defender la inocencia de su hijo se montó un reality show dentro de una iglesia clamando justicia contra la injusticia. La cosa va de guión de película de Almodóvar y sería hasta gracioso si no fuera lamentablemente cierto. Rubiales está en la lona y hasta las pelotas. Imagino que le habrá sacado rendimiento a su paso al frente del fútbol nacional, porque afuera la cosa está muy chunga.

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