En tránsito
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Cambia el color del Gobierno central, se prodigan las buenas palabras y se lanzan algunas campañas de consumo de productos pesqueros pero, a la hora de la verdad, al ejercicio político no le acompaña la ejecución real de medidas en defensa del sector pesquero del Mediterráneo, que no pica el anzuelo. Hace dos semanas, las asociaciones pesqueras andaluzas mostraban su indignación ante el comportamiento del ministro Luis Planas, que presentaba una iniciativa para poner en valor los productos de nuestro mar. Los pescadores no están en contra de que esto se haga, pero parece postureo ante el escaparate el difundir las bondades de la pesca española mientras se invita a que ésta se reduzca, disminuyendo los días de capturas y poniendo otras trabas que dificultan su labor. Parece un sinsentido promocionar algo nuestro que de seguir por este camino dejará de serlo, ya que el relevo generacional cesará en nuestro mar. El sector pide coherencia, algo que en política hace aguas.
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