Autocrisis

Juan Marín quiere ganar las primarias de Ciudadanos el próximo año y repetir como candidato de la Junta

Debe pensar Juan Marín que los periodistas andaluces son una especie rara. Año y medio de nueva Junta, en pleno verano, época tan propicia para fichajes, y nadie pone en circulación que hay que renovar el Gobierno andaluz, que ya está muy visto. Así que, ante tanta indolencia mediática, decidió provocar él mismo la crisis. O la remodelación, o el refuerzo, o los retoques. Que pasan y pasan días, se diluyen expectativas y, al final, igual las renovaciones se arreglan con teletrabajo. Porque la necesidad de cambios sólo anidaba en la cabeza del interesado. Y ahora su socio, el PP, no le puede dejar en evidencia.

Así que los informadores han tenido que rastrear disfunciones entre consejerías y departamentos, porque una crisis sin especulaciones no es propia ni en una comunidad de vecinos. Inés Arrimadas, como su predecesor, Albert Rivera, no comulga con baronías territoriales. Necesita imprimir su sello como líder y darle otro golpe de timón al partido. Ahora para intentar centrarlo. Una estrategia en la que el vicepresidente de la Junta no se ha mostrado especialmente colaborativo. En muchas de sus declaraciones públicas ha adelantado por la derecha al mismísimo factótum de Presidencia, Elías Bendodo. El PP sabe, de su experiencia en otras coaliciones en España, que la dirección nacional de Ciudadanos es la que designa a los consejeros autonómicos. Y en Andalucía también pretende el control sobre los altos cargos. El partido es así de centralista. Marín inició sus maniobras para hacer arreglos en su orquesta sin previa consulta a Madrid. Así que los músicos que tocarán la partitura son una incógnita.

El líder naranja andaluz quiere ganar el próximo año las primarias y repetir como candidato en las autonómicas de 2022. Orgánicamente no controla a su formación y lo acaba de ver. El grupo de acólitos que se trajo de Sanlúcar, "el clan de la manzanilla", según maldad acuñada por un concejal de Ciudadanos en Jaén, como recordó en su día Pedro Ingelmo, es insuficiente. Sus detractores incluso atribuyen al efecto Rivera los 21 diputados que consiguió en 2018.

La tentación de sustituir consejeros o nombrar cargos afines en los segundos niveles, para ampliar su poder, es evidente. Rocío Blanco y Rogelio Velasco, de Empleo y Economía, son consejeros independientes. Rocío Ruiz, de Igualdad, sólo responde ante Madrid, que fue quien la designó. El de Educación, Javier Imbroda, sí es próximo. Pero ahora mismo es el gran discutido. Sobre él recae la organización del curso escolar más complicado. Y hay serias dudas sobre su capacidad para afrontar la gestión .

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