Reflejos
Francisco Bautista Toledo
Tres signos de la Navidad
JOHN Lennon durante el rodaje de "Cómo gané la guerra", componía en el Cortijo Romero "Strawberry fields forever". Sergio Leone filmaba "El bueno, el feo y el malo", con Clint Eastwood, entre un poncho y el sol abrasador del paralelo 36 peninsular. En El Alquián se construía el aeropuerto que nos traería el turista un millón que se alojaría en el recién inaugurado Parador Nacional de Mojácar.
Grandes acontecimientos en una tierra que despertaba del olvido secular. Nadie pudo imaginar que una pesadilla nuclear adornara ese despertar. Corría el año 1966. Dos aviones de las Fuerzas Aéreas Norteamericanas perdieron cuatro bombas termonucleares tras colisionar repostando sobre Palomares. Dos de ellas expulsaron material radiactivo (Plutonio) que se esparció por los alrededores. 50 años después, aún permanece a la espera de su retirada definitiva.
En 1996, EEUU desclasificó material relacionado con éste accidente. Una consulta a la Base de Datos del NARA (National Archive Record Administration) con el término: "Palomares", devolvió: 36 registros en 16 m.m., color y mudas, fechadas entre enero y marzo de 1966, realizadas por el ejército de EE.UU. en Palomares, sus alrededores y Cartagena. Localizar y recuperar el archivo fílmico inédito supuso el germen del documental "Operación Flecha Rota". Los primeros contactos para conseguir una copia fueron confusos, algunas bobinas no existían y otras habían sido destruidas entre 1991 y 1993, probablemente las que mostraban las bombas. Rescatamos ocho horas y media mostrando los aviones accidentados, el despliegue para localizar la bomba perdida, las superficiales tareas de descontaminación, el embarque de barriles con material radiactivo y la gente de Palomares y Villaricos, los auténticos protagonistas.
El veto a periodistas durante el despliegue que siguió al accidente explica la escasez de imágenes, aquel era un gran hallazgo. La respuesta a mi solicitud se demoraba; contacté con el entonces Director del CAF, Manuel Falces. Me facilitó los medios para culminar la operación de rescate fílmico; mi agradecimiento por su ayuda para impulsar un proyecto que, desde la modestia, ayudó a desempolvar un expediente arrinconado que reclama la solución definitiva. Que los campos sean de fresas para siempre y el imaginario colectivo defina el reparto de "el Bueno, el Feo y el Malo".
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