COMO inicio del verano a resaltar la derrota de Sánchez. El 19-J quedará grabado a fuego como Las Navas de Tolosa del PSOE. Todos en retirada con sus mercenarios y aliados; Bereberes, Benimerines y Almohades. Miramamolín escapó en la oscuridad, pero ahí comenzó la Reconquista.  Y algo así ha debido entender el inquilino de la Moncloa. Las encuestas más recientes anuncian una pasada por estribor, 38 diputados que según parece se está trabajando el gallego impasible. Y frente a este porvenir oscuro, Sánchez echa mano de las maniobras de escape y distracción más desgastadas de la sociología política: En la SER con gran congoja destapó las maniobras contra el Gobierno de poderes ocultos y entidades financieras dueñas de grupos de comunicación, PP y Vox quedaron señalados como autores y cómplices de una turbia maniobra para desbancar a Sánchez, paladín de los desheredados de la tierra. Desde ese argumento básico, los 363 asesores monclovitas han ido hilvanando un guion de fondo de armario relativo al franquismo y a todos quienes en la dictadura y en la democracia no se alienaron en los infalibles dogmas de las izquierdas. La nueva redacción de la llamada Ley de Memoria Democrática nos devuelve obligadamente a los tiempos iniciales de la victoria del bando franquista en aquella guerra fratricida. Y se proyecta con severa sospecha sobre la llamada transición política a la democracia hasta 1983. Hay que tener los huevos muy cuadrados para tratar de endilgar una relectura de hechos vividos por la gran mayoría de los votantes que aún acuden a las urnas. Investigar a quienes tienen en su haber los mayores éxitos de esta democracia es insultar a todos quienes con su entusiasmo y sus votos participaron en las primeras elecciones libres, la legalización de los partidos políticos y aprobaron en referéndum la Constitución de 1.978. Adolfo Suarez, Leopoldo calvo Sotelo y Felipe González, han dejado su huella imborrable en el afecto de los españoles. La Historia de España ha grabado sus nombres como políticos con sentido de Estado porque entendieron y practicaron el mejor servicio al bienestar y la convivencia de los españoles desde distintas perspectivas ideológicas. La política en mayúsculas.
Un aventurero sin sentido de la moral pública, junto a quienes trataron de impedir con el uso de la violencia armada, los secuestros, torturas y asesinatos el asentamiento pacífico de la democracia y la convivencia entre los españoles enmiendan ahora la plana a una mayoría que desea vivir en paz y solucionar sus muchos problemas cotidianos. Herederos del terrorismo que ha dejado un rastro de dolor y muerte a lo largo y ancho de España, ahora se revisten de inquisidores para revisar los últimos ochenta años como precio para seguir apoyando al presidente del gobierno más denostado de toda la democracia. Los madrileños y los andaluces le han enviado un certificado con acuse de recibo. Se trata de entretener con leyes y decretos que puedan causar la mayor indignación posible, de ese modo quedaría apartada de la memoria la reciente derrota de las Navas de Tolosa del PSOE . Sánchez continuará una lenta agonía hasta que convoque elecciones generales. La legalidad no será obstáculo para avanzar hacia el final anunciado, por eso trata de mover piezas en el TC y maniobra para la penúltima intromisión, echa un cebo al CGPJ y filrtrea con el PP para llevarlo a la orilla de los “buenos” donde se reparte el perdón y se expiden certificados de buena conducta con beneplácito de la SER, la Sexta y El País.
A pesar del empeño de Sánchez, cunde el pánico en altos cargos, asesores y electos del PSOE, también en sus adláteres de extrema izquierda y adjuntos del separatismo golpista y del terrorismo agazapado. La posible llegada de Feijóo al Gobierno de España viene precedida por un derrame diarréico. Los menesterosos tipo Lastra, Montero, Belarra y similares preparan  solicitudes a Carrefour, LIDl y otras empresas de alta cualificación. Los diletantes e ideólogos encontrarán alguna tertulia tal que Iglesias y renovarán sus lazos con Maduro, Ortega, Kitchner, Boric y el del sombrero peruano. Se acaba el chollo y catorce pagas aseguradas. En apenas treinta meses, si antes no ocurre alguna anomalía sideral, será el turno, según descripción de Sánchez de las fuerzas del mal disfrazadas con sombrero de copa y puro, urdidores de su desventura.
Ahora queda en manos de este Gobierno aprobar y desarrollar la Ley de Memoria Democrática. Hay un inconveniente a tener en cuenta; hay guiones ya escritos en la historia a sangre y fuego. Y resulta que unos perdieron de manera irrevocable. Es lo que ocurre en las guerras, unos ganan y otros pierden. Aquello acabó en 1939 cuando un régimen apoyado en el ejército que había ganado una guerra fratricida proclamó su legitimidad para acceder al poder en sustitución de la II República derrotada. Después de cuarenta años de ininterrumpido ejercicio del poder y el reconocimiento de casi todos los países del mundo, habrá que echarle muchas guindas al pavo para retroceder los hechos. Esta Ley tendría efectos anímicos para regusto de los perdedores, pero no podría derogar la Ley de Amnistía de 1977, ni las leyes que afincaron la democracia, como símbolo la Constitución de 1978. En todo aquel proceso, todas las izquierdas democráticas llegadas del exilio y la clandestinidad fueron protagonistas entusiastas de la nueva etapa política. Como ejemplo basten las imágenes del Congreso de los Diputados donde Dolores Ibárruri aplaudía alborozada junto a Santiago Carrillo, Justino de Azcárate, Rafael Alberti ,Marcelino Camacho y todos los diputados y senadores del PSOE y del PC porque su proyecto de reconciliación había triunfado abanderado por el PCE “como reparación de los represaliados del franquismo, esta Ley supuso una barrera infranqueable para l enjuiciamiento de los crímenes de la guerra civil y la dictadura”( palabras de Marcelino Camacho en el Congreso).
Resulta una trágica paradoja que quienes dinamitaron y despreciaron las vías de entendimiento y concordia que brindaba la naciente democracia, quienes practicaron el terror dejando una huella inextinguible de dolor y muertes , sean ahora junto a un socialista abducido por el poder quienes reescriban el relato de esta etapa democrática. Creímos sinceramente que habíamos logrado ahuyentar los peores fantasmas que han ennegrecido nuestra atormentada historia. Que había un futuro mejor para todos los españoles, que se habían cerrado con respeto los episodios de ajustes de cuentas y el abrazo fraterno era posible en libertad y en paz.  Pero la realidad es tozuda y elocuente. Y Sánchez habrá de recurrir a nuevos ensalmos, necrofagias y espectáculos tenebrosos para ir sorteando estos meses venideros. Una tormenta perfecta le acecha en el camino; los datos de la economía y de las cuentas públicas no auguran nada bueno.
Si aciertan las encuestas, se anuncia un giro a estribor y será difícil, aunque no imposible, torcer el rumbo de esta deriva que marca el final de una etapa. 

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