LE pregunté el pasado miércoles a Nacho de Luque, uno de los pilares del Unión Rugby Almería, que cómo había asimilado el equipo ser uno de los más representativos de la ciudad. Su respuesta fue políticamente correcta, comparó su éxito con la salvación del CB Almería femenino y dijo verse por debajo de Unicaja Almería y Unión Deportiva Almería. Creo que te equivocas, Nacho, habéis conseguido con creces, como tantas veces a nivel mundial, que el rugby esté por delante del fútbol. Por lo menos para mí. El polideportivo almeriense nos da alegrías, nos da títulos y nos hace sentir orgullosos al ver la garra con la que disputan cada uno de los partidos. ¿Cómo si no iban a salvarse dos equipos humildes, como URA o CB, o cómo Unicaja iba a recuperar el cetro del voleibol nacional? Sería imposible enumerar a nivel individual a otros muchos deportistas locales que convierten cada duelo en una hazaña. El rugby me gusta mucho, desde mi etapa universitaria en Madrid. Sinceramente, no me creía que Almería se iba a impregnar de la esencia oval, pero URA lo ha conseguido a base de coraje, de dejarse la piel en todos los campos de España. Más de 1.300 personas se metieron el pasado domingo en el Emilio Campra para ver el partido decisivo frente a Helvetia, en el que hacía falta un punto y los almerienses vencieron con autoridad. Como el fútbol, más o menos... El deseo de cuatro locos es ahora el sueño de muchísimos almerienses, entre los que me incluyo. Hace mucha falta un campo de rugby en una ciudad universitaria y cuando lo tengamos, ¿por qué no soñar con estar entre los mejores? Hay un club serio, unos dirigentes que aman lo que hacen por encima de todas las cosas y los valores es algo intrínseco a este deporte de truhanes practicado por caballeros. ¡Grande mi URA!, lástima que De Luque no puedan calzarse las botas y ayudar al fútbol. Estoy seguro de que lo salvarían.