La esquina
José Aguilar
Por qué Sánchez demora su caída
Estoy seguro de que, con relativa frecuencia, todos en nuestro entorno escuchamos frases como: "yo nunca veo/leo las noticias, porque solo salen desgracias". Ciertamente, es muy posible que una exposición a la realidad nos deje un cierto sabor amargo. El informativo suele llegar cargado de guerras absurdas, catástrofes, derrotas deportivas (afortunadamente, no muchas para la UD Almería esta temporada), cuando no, directamente exabruptos de algún personaje de actualidad que, por el motivo que sea, no es de nuestro agrado. Afortunadamente, disponemos de una sección en prensa que contraviene esa tendencia, "la Sección de Ciencia y Tecnología". Como no podía ser menos, en los últimos días ha saltado a la palestra una publicación en la prestigiosa revista Nature que no puedo dejar escapar a los lectores de este diario, por las implicaciones que conlleva.
Primero, un dato, al año se diagnostican con cáncer en torno a 18 millones de pacientes en el mundo. Segundo, una complicación, el cáncer es parte de la vida. Como tal, ha evolucionado junto a nosotros y, por tanto, ha desarrollado mecanismos de camuflaje tremendamente eficaces para pasar inadvertido frente al sistema inmunitario que nos protege. De hecho, es la principal causa de fracaso para combatirlo, ya que, en multitud de casos, genera metástasis antes de que el cáncer muestre su cara. Tercero, una herramienta para contrarrestar al cáncer, la inmunoterapia. Es decir, estimular al sistema inmunitario para que genere anticuerpos específicos que ataquen las células tumorales y sus procesos replicativos.
El trabajo publicado da un paso de gigante hacia la creación de una vacuna polivalente frente al cáncer. En este caso, la vacuna actúa generando anticuerpos que impiden a las células tumorales cortar la producción de dos proteínas (MICA y MICB) que están encargadas de alertar a nuestro organismo en caso de cáncer. Con esto, se promueve enormemente la actuación de células T y células Natural Killer, sobre las células cancerosas. Por tanto, interfiere en el mecanismo de ocultación del cáncer. Los resultados son tremendamente alentadores, especialmente porque este tipo de vacunas poseen un amplio espectro de actuación, incluyendo a los cánceres de peor pronóstico. La vacuna ha superado con éxito las fases más exigentes de experimentación animal y ya se encuentra lista para dar el paso a las pruebas sobre humanos.
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