Intríngulis chíngulis

DESDE que el nuevo Director Técnico del Espanyol pronunciara estas palabras, varios traductores del periodismo deportivo trataron de descifrarla y nadie dio en el clavo. Y es que Mauricio Pochettino debió entregar un prospecto explicativo, pero fiel al estilo Bielsa, hizo mutis por el foro. Pues bien, después de escuchar una sarta de explicaciones dudosas y equivocadas, trataré de echar un poco de luz sobre el asunto. Érase una vez un superhéroe Industria Argentina, de nombre Hijitus. Hijitus, vivía en Trulalá, en una casita de paredes redondeadas, junto a Pichichus, su perro fiel e inseparable, una especie de Lasie, pero de raza desconocida. Nuestro héroe se caracterizaba por usar algo parecido a un chaquetón azul que le llegaba hasta los pies, con un enorme sombrero de copa a juego, que como Clark Kent en una cabina de teléfono, utilizaba para introducirse y transformarse en Súper Hijitus. Hijitus tenía una panda donde entre otros estaban Oaki y Larguirucho. Trulalá era nuestra versión de ciudad Gótica, donde combatir a los malos en este caso, significaba enfrentarse a los malintencionados maleficios de la Bruja Cachavacha en algunos casos; o a las ideas retorcidas provenientes de la prodigiosa mente del Profesor Neurus, cuyo ayudante más destacado respondía al nombre de Pucho. Súper Hijitus trabajaba sólo por amor al bien, leal a quien se encargaba de impartir justicia, quien no podía ser otro que el Comisario, un hombre proveniente de la Argentina profunda, con un aire de Cantinflas, que prometía todo el tiempo hacer "repinporotear en el calabozo" a los malvados. Y ahora a lo que vamos, cada vez que había que descifrar o encontrar los caminos que le condujeran a desvelar el acertijo, se encontraba con lo que él mismo denominaba como un "Intríngulis Chíngulis". Súper Hijitus fue creado por García Ferré, un argentino de origen español, el mismo que dio vida, a Manuelita, La Tortuga, Petete y Trapito.