La esquina
José Aguilar
Por qué Sánchez demora su caída
PARA muchos el destino no existe. Se cree en lo inevitable pero no en eso que llaman destino. No puede ser que todo lo que se hace sea un burdo juego al azar. En cierta ocasión, un persa rico y poderoso paseaba por el jardín con uno de sus criados, visiblemente compungido y turbado porque acababa de charlar con la Muerte, quien le había anunciado con tiempo que lo llevaría consigo. Así podía despedirse de todos, incluido su amo, arrepentirse y pedir perdón en caso necesario. El criado suplicaba de rodillas a su amo que le prestase un caballo veloz para apresurarse y poder huir a Teherán aquella misma tarde. El amo accedió y el sirviente se alejó a toda velocidad. Al regresar a la casa, el amo también se encontró con la Muerte y le preguntó: "¿Por que has asustado y aterrorizado a mi criado?. "Yo no lo he amenazado, solo le mostré mi sorpresa al verlo aquí, cuando en mis planes estaba encontrarlo esta noche en Teherán". Contestó la Muerte.
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