República de las Letras

Agustín Belmonte /

Pinos de Lucas

03 de marzo 2015 - 01:00

ESTÁN muriendo, uno a uno, los Pinos de Lucas. De aquellos cuarenta pinos que fueron plantados cuando el arquitecto Enrique López Rull construyó el Canal de San Indalecio (1876), o quizá después (a principios del siglo XX), cerca del Cortijo El Almendrico y del curso alto de la Rambla Amatisteros, a levante del Cerro de la Molineta, quedaban 36. Su misión -cumplida con creces- era defender el Canal de la erosión e impedir que la lluvia, en sus arrastres de material cerro abajo, moviera o rompiera el cauce.

Los Pinos de Lucas fueron otro de los lugares míticos de La Molineta para los niños de los 50 y 60, como la Balsa de los 100 Escalones o la Cueva de la Columna. Allí se iba "de merendica" en familia o con los amigos, se llevaba a la novia, luego a los hijos... Esos pinos saben de mi infancia y adolescencia tanto como yo mismo. A sus pies, tumbado sobre la pinaza, a la sombra fresca y cantarina de sus rumorosas frondas, he estudiado (o intentado estudiar), he meditado, he escrito y he llorado. También he amado.

Debilitados por la edad y el abandono, una grave enfermedad, probablemente el Nematodo de los pinos (Bursaphelenchus xylophilus), de origen asiático y detectado en España en 2008, está acabando con ellos. De los 36, se han secado ya 19. Uno acaba de caer en estos días, con el último vendaval, y en su caída ha destrozado el Canal de San Indalecio, al que servía de sustentación y soporte en la falda del cerro. Descansen en paz estos pinos infantiles de fragoroso ulular de viento en sus altas copas verdes contra el cielo azul: ya no se los podré mostrar a mi nieta, la heredera de mis sueños.

El Canal de San Indalecio está ya incluido en el catálogo de bienes de interés cultural de la Junta de Andalucía, formando parte de la Cultura del Agua. Ahora se precisa un programa de conservación, rehabilitación y puesta en valor como Vía Verde. Un programa que incluya la red de acequias, balsas, llaves, partidores, etc. que forman parte de su entramado. Su uso por los ciudadanos contribuirá a su conservación como bien perteneciente al patrimonio etnográfico, cultural e histórico de todos los almerienses. La Junta de Andalucía debe invertir -una inversión, por cierto, bastante asequible, pues el Canal está muy bien conservado en los tramos de la capital- en su rehabilitación urgente. O la muerte de los Pinos de Lucas marcará el inicio de su desaparición definitiva.

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