Hay ocasiones en que te enteras de la sentencia de un delito de poca monta y, conforme la vas leyendo, se te van poniendo los pelos más de punta al ver la cantidad de agravantes que cometió el condenado cuando lleva a cabo el delito. Digo eso, porque he oído en la radio que, en Madrid, alguien ha dejado un edificio sin electricidad, por haberse llevado los cables del cuadro de contadores, aunque desconozco si se ha llevado también los contadores. Lo cierto, es que desconozco a qué precio está el cobre, pero vamos, oro o platino no es. Si acaso también se ha llevado los contadores, desconozco qué beneficio puede sacar de ellos. Y, para más abundamiento, se trata de un edificio pequeño de unas diez viviendas, que "para más inri" ocupan familias de las que les cuesta llegar a final de mes. Entre esas familas, mayores en su mayoría, hay un inquilino que vive conectado a un respirador, que ahora, lógicamente, no le funciona.

Parece ser que les van a arreglar pronto la avería, pero ¿pillarán al corcacables"? ¿qué le pasará si lo pillan?

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