En tránsito
Eduardo Jordá
Mon petit amour
Cualquiea que pasee por el centro de la ciudad escucha el murmullo y enfado de la gente por no encontrar un bar de toda la vida en Almería. Algo que antes era más o menos sencillo.
Pedir una caña y un cherigan mixto “para que empape”, como dice uno de los tiktoker más famosos. Ahora es una misión imposible sentarse en un ‘barecico’. Eso de salir del trabajo y dar una vuelta para tomar un tentempié se ha perdido. Una situación que en las redes sociales está en constante debate. Ahora la moda es reservar y, si lo haces, tienes que pedir raciones.
Todo esto vino por la desesperación que teníamos de encontrar un sitio después de la pandemia. Algo que se puede comprender en un momento dado ya que la hostelería lo pasó bastante mal. Pero oigan, ya ha pasado un tiempo y la moda de tener sitio a cambio de una ración creo que debería acabar. Pero para colmo esto no es lo único, ahora en las cartas de los bares, incluso en alguno emblemático, vemos el +1 por todos los lados incluso el +3.
El famoso suplemento ha hecho que muchos dejen de ir de tapas y quedarse en su casa. Como siempre, no sabemos poner unos límites, es decir, esta bien pedir un suplemento por una tapa obviamente más elaborada, pero la moda de pedir un euro más por una simple morcilla es un poco de cara dura. Con esto estamos consiguiendo cargarnos uno de los atractivos del turismo de nuestra provincia. Salir por Almería ya no es como antes. Tomar algo con familia y amigos salía a veces por 10 euros (y comías bien) y ahora la media supera los 25 euros. Otra fama almeriense perdida. Acuérdense del turista que decía ¡qué bien se come, qué tapas y qué precio tan maravilloso! Entiendo que la inflación recaiga en todos, pero con mesura. Esta reflexión parece una chorrada, pero al final la calle demanda algo que teníamos y está agonizando poco a poco. En otras ciudades se siguen defendiendo sus costumbres a pesar de que las cosas no sean como hace cuatro años.
Están muy guay los ‘gastrobares’ que se llevan ahora, pero sigo queriendo mis patatas con alioli y una buena caña. Hablen y decidan porque esto va peor cada día. Un centro sin tiendas, ni para comprar un calzoncillo, y ahora también sin bares.
Bienvenidos a Almería.
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