Ni con aguarrás se dimite

No sé si en otro país se aguantaría lo que pasa aquí. Cada día vivimos historias que ni una película de Santiago Segura puede reflejar. Koldo o Ábalos es esa España de Torrente. Con estos casos ya estamos muy acostumbrados; antes nos sorprendía de primeras, pero ahora vivimos anestesiados.

Lo que me inquieta es que ya los temas que aparecen día a día son muy preocupantes y no hay ninguna represalia. Les hablo de la última chapuza de Igualdad, las famosas pulseras que se les ponen a los que tienen una orden de alejamiento por violencia de género. No han tenido bastante con la ley del ‘Solo sí es sí’, de la que varios condenados se han beneficiado, sino que ahora nos enteramos de que varias mujeres que son víctimas de esta lacra, han estado en peligro. Todo esto viene por una información periodística.

Resulta que el compañero leyó, por casualidad, la Memoria de la Fiscalía de 2024 y se encontró con el percal de que había varios fallos. Por lo que se ve, ni el propio Álvaro García se había dado cuenta ni la propia ministra, Ana Redondo. Es decir, no tenían ni idea. Cuando salió el escándalo, intentaron modificarlo, pero quedaba feo hacer eso en una memoria. Pero todo ha sido atropellado y de catetos máximos. Fíjense que presumen de ser el gobierno más feminista. ¡Madre mía! Pues sí que ha salido bien la cosa. Una vez más, el ejecutivo no asume responsabilidad y, para colmo, te sueltan que ha sido un porcentaje de afectadas muy pequeño. Es de traca, pero la historia no termina ahí. Estaban tan preocupados por las víctimas que, por ahorrarse unos euros, compran unas que incluso se podrían encontrar por un módico precio en internet.

Para un ciudadano normal está bien, pero para una institución que vela por la seguridad de las víctimas está bastante feo. Todo por ahorrar. Venga ya, ahorren en lo que realmente se puede, como el número de asesores, el número de ministerios, etc. Una chapuza en toda regla y miren qué se ha recaudado en la campaña de la renta. Como les decía al principio de este texto, en otro país, por pillar a un ministro de fiesta, se dimite. Aquí, ni con aguarrás.