Un relato woke de la extrema izquierda
Alfonso Ussía
La noche del 9 de noviembre de 1983 TVE emitía el programa “Estudio Abierto” conducido por José María Iñigo. Aquella noche entrevistaba a Alfonso Ussía. El maestro Iñigo comenzaba así: “Yo la verdad es que no sé muy bien cómo presentar a nuestro próximo invitado. Podría decir que es periodista puesto que escribe en periódicos. Podría decir que es locutor. Habla por la radio. Podría decir que es poeta puesto que escribe versos, y podría decir mil y una cosa más. Pero puesto que él tiene tantas tablas como yo de presentar a los demás o de hablar ante los demás, lo mejor sería hacerle la clásica pregunta ¿y usted quién es Alfonso Ussía y Muñoz-Seca?”. Se presentó así: “Nací en Madrid cuando yo era aún bastante pequeño. Un doce de febrero lloré al mirar la luz. Me siento muy orgulloso de ser un madrileño que enlaza con su sangre lo vasco y lo andaluz. No tengo mala pinta, quizá cara de oveja, mis ojos son pequeños y río sin doblez. Mi pelo es algo rubio, abuso de la oreja, parezco alto por flaco y nítida es mi tez. Me siento idealista del estamento onírico. A pesar de lavarme mi viento es algo anárquico, un discípulo humilde del Quevedo satírico con un tanto de angélico y mucho de monárquico. Lo sajón me fascina, lo francés me espeluzna. Me horrorizan las flechas al tiempo que las hoces. Recelo del político manso que rebuzna, lo mismo que del líder que inventa todo a voces. Si el ser poeta es llama, yo me he quedado en chispa, en esto soy consciente y a las pruebas me remito. Si es preciso mi pluma puede tornarse avispa, aunque ella nunca quiera dejar de ser mosquito. De objetivismos falsos estoy ya vacunado. Mi bien es el bien mío, mi mal sólo mi mal. Y a pesar de los tiempos estoy bien educado porque he desarrollado mi virus liberal. Me han llamado fascista, y me han gritado rojo. Sé que ese es el tributo que paga mi poesía. No me evado de nada y el trasero me mojo siempre que sea preciso. Me llamo Alfonso Ussía”. El pasado 5 de diciembre, víspera del Día de la Constitución, en la hermosa localidad santanderina de Ruiloba nos decía adiós quien siempre será un columnista brillante, apasionado de la literatura, con un inteligente sentido del humor. Admirables su elegante ironía, su amor por España y su ejemplo ciudadano. No se pierdan la serie documental de El Debate donde repasaba su vida personal y profesional. Hasta siempre maestro Alfonso Ussía.
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