La Rambla
Julio Gonzálvez
Paz y felicidad
PUBLICA la revista "Discovery Salud" en su número 123 (pueden acceder al artículo completo en dsalud.com) una interesantísima entrevista al doctor Alberto Martí Bosch, licenciado en medicina por la Universidad de Barcelona y que ejerció como oncólogo pediátrico hasta que dados los escasos resultados que obtenía con los tratamientos convencionales y, sobre todo, viendo el enorme sufrimiento que con ellos les causaba abandonó definitivamente su práctica. Hoy, 20 años después y tras formarse ampliamente en disciplinas que no se enseñan en las facultades de Medicina, aborda el cáncer de una forma holística teniendo en cuenta ante todo el principio hipocrático de "Lo primero, no hacer daño". Tratamiento que tiene en cuenta los aspectos psicológico y emocional además del físico, ámbito éste en el que es primordial desintoxicar, resolver posibles carencias vitamínicas, minerales, ortomoleculares, enzimáticas y hormonales potenciando así el sistema inmune y equilibrar el organismo bioenergéticamente son pasos siempre útiles y necesarios. Así se recoge en el Programa del III Congreso Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en Cáncer, que tuvo lugar en Madrid en noviembre del año pasado, y en el que figuró como ponente el doctor Martí.
Afirma que "a los oncólogos, a la hora de tratar el cáncer, se nos ha enseñado una medicina que se basa en destruir las células tumorales en lugar de intentar restaurar las rutas metabólicas que son las que han sido dañadas y que finalmente llevan al desarrollo del tumor. Al oncólogo moderno se le sugiere que puede "cortar, quemar o envenenar", acciones más propias del siglo XII que de un sofisticado siglo XXI".
Por el contrario, él se basa en la estrategia del asedio, dejando al tumor sin alimento de la siguiente manera: se sabe que la célula sana vive en un medio alcalino rico en oxígeno y con poco sodio mientras que el paciente que desarrolla un proceso oncológico se acidifica, lo cual implica escasez de oxígeno y obliga a las células sanas a mutar. Por tanto, para luchar contra él hay que alcalinizar al paciente, para lo cual es clave la alimentación: eliminar de la dieta alcohol, café, tabaco, azúcar, lácteos, hidratos de carbono refinados, carnes rojas… y tomar periódicamente baños de agua caliente con sal marina, seguir una dieta hiposódica y proporcionar al organismo las enzimas que necesita para eliminar las proteínas cancerígenas.
Les recomiendo la lectura del artículo completo, merece la pena. Nada se pierde por probar a alimentarse para matar al cáncer.
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