La esquina
José Aguilar
Yolanda no se va, se queda
El caso de los votos robados en Fuente de Cantos está motivando un rio de tinta. Lo más gordo es que la desaparición de ciento veinticuatro sobres cerrados y certificados va a acabar con la democracia en España. Y que se quede la cosa ahí, que podría contagiar incluso a la Unión Europea. Aparte de que los votantes en cuestión están localizados perfectamente y están volviendo a votar, lo curioso es que el PP dice que ha sido un pucherazo para quitarles su justa victoria de mañana domingo. O sea, que saben seguro que los ciento veinticuatro eran suyos y que son, precisamente, los que les van a quitar la mayoría absoluta.
La conclusión lógica que han sacado es que la culpa no es del chachachá como creía Gabinete Caligari, sino de Pedro Sánchez, que ya sabemos todos la buena mano que tiene por aquellos lares extremeños, gracias a su hermano y al presidente de la Diputación de Badajoz, hombre de gran predicamento actual.
Lo de adjudicarse cosas o hechos que no tienen dueño evidente es una actividad de larga tradición en nuestro país. Recuerden lo que contaba Gila de su tía solterona, que iba a todas las bodas, y cuando el cura le preguntaba a la novia: ¿Quiere usted por esposo a Fulano de Tal?, ella levantaba la voz y decía: “Y si no, para mí”.
Mucho menos gracia tuvo la apropiación de múltiples propiedades por parte de la Iglesia Católica española, gracias a la reforma del Reglamento Hipotecario que hizo Josemari Aznar y se publicó el 2 de septiembre de 1998. Miles, decenas de miles de propiedades del común o de propios pasaron a ser registradas como propiedad de la Iglesia. No sólo templos y similares, que no estaban registrados, sino hasta aparcamientos, fincas rústicas, cementerios o locales comerciales.
En 2015 se hizo una reforma del Reglamento Hipotecario y quedó invalidada la jugada de Aznar. Pero…Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita. Los votos perdidos y hallados por la Benemérita sí parece que se van a recuperar todos, con lo que el PP tendrá su mayoría absoluta y no dependerá de Vox. Eso sí, no sabemos si la democracia en España sigue en peligro. Lo que no es peligroso para la democracia es el trumpismo, el ultracapitalismo, el bulo sistemático y el follaero perpetuo.
(Dedicamos un recuerdo a Alejandro Reyes Domene, que consagró su vida a la música, especialmente al flamenco y al jazz, haciendo del “Johnny” un templo de la cultura. Y con acento almeriense.)
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