Sin asumir responsabilidades

Justo hoy, hace un año, comenzó un día que para muchos marcó un antes y un después. Nunca pensamos lo que puede hacer la naturaleza. Obviamente sabrán que les hablo de la mayor tragedia ocurrida en los últimos tiempos que sacudió 229 vidas, la DANA. Una vez más, aquellos días de horror y pánico, la sociedad demostró la gran fuerza, valor y solidaridad que se tiene para limpiar aquel barro que amargó la vida a miles de familias. También hemos aprendido, todos, que las alertas están para algo y ahora, quieran o no, miramos más el cielo desde aquella tragedia. Todos esos vecinos de Paiporta y de otros rincones destrozados tiran día a día adelante por su propia cuenta. Ejemplaridad absoluta hacia todos, excepto para uno, Carlos Mazón. Lamentable gestión y, para colmo de los colmos, mentir como un bellaco con tal de seguir en su puesto. Mazón se ha convertido, a pesar de lo que diga, en un Pedro Sánchez; miente y no admite responsabilidades. Si tanto ejemplo quieres en tu casa, aplícalo. Lo que es lamentable es que el señor president de la Generalitat valenciana pasee por las calles con abucheos y él siga erre que erre con su razón. Menos mal que al día siguiente habrá algún medio de comunicación que demuestre su bulo. Lo triste es que ni por pena aquellas personas que han perdido a sus familiares demuestra un ápice de culpabilidad. Lo bueno es que su futuro político no será muy largo. Esa es mi mera opinión y créanme que él lo sabe. Si no le ha quedado claro, ya hay encuesta publicada en la que se dice que el 75% de los valencianos cree que debe dimitir. Ahora mismo vive en un estado irreal de la situación que el propio Partido Popular no sabe cómo resolver. Al principio de la crisis, parecía que Feijóo le insistiría en dejarlo, pero luego entró en la guerra política con Sánchez y creo que fue una muy mala decisión. Todo, seguramente, por no perder una tierra, Valencia, muy codiciada por los populares. Ahora, dicen que lo apartarán para las próximas elecciones y suena como candidata la alcaldesa, María José Catalá. Aun así, les auguro un resultado muy nublado por no haber asumido el error desde el principio. Lo impresionante de esta historia, y como les decía al principio, son las personas, y como me decía un compañero que fue a cubrir la desgracia: “Ver a la gente llorando en aquel horror por sacar adelante su vida es lo que más me dejó marcado en mi vida”.