Ni es cielo ni es azul
Avelino Oreiro
Se adelantó el invierno
Una de las experiencias más interesantes de la vida cuando se cuentan más allá de cincuenta años, es recordar cómo era la inocencia idealista con la que se puede mirar la vida en la primera juventud. Entre los 15 y 20 años. También depende mucho de como haya sido la infancia. Las explicaciones simplonas y las teorías reduccionistas no sirven para caminar con dignidad por este mundo.
Necesitamos la historia y la intrahistoria para saber de donde venimos, donde estamos en el presente y como preparamos el futuro. El poder y la política tienden aparentemente al simplismo. Por eso se inclinan con tanta facilidad al sectarismo y la tiranía. En modo alguno caigamos en el error de pensar que es un proceso sencillo. Necesitan de un complejo entramado para convencer, conducir, castigar y controlar. El poder es hacer que unos pocos logren que la mayoría haga lo que ellos quieren.
La política es la mecánica para lograrlo. Las ideologías políticas son los moldes con los que se estabula al individuo para convertirlo en masa sometida. El temor al pensamiento político, aprender al diferencia el bien del mal como nos enseña Aristóteles, es la gran obsesión de las ideologías. Por eso la libertad y la prosperidad nunca están ganadas. Cada generación tiene que trabajar por ellas en todo tiempo y lugar. El poder y la política tienen directamente que ver con que la humanidad vive en sociedades que generan élites y liderazgos. Gobernantes y gobernados. Y qué decir del largo, accidentado y cruel camino que no ha dejado de recorrer la Humanidad entre ser sometidos, ilotas, súbditos, plebe, siervos y esclavos. Hasta lograr ser y vivir como ciudadanos iguales ante la ley. Con acceso a la educación, la cultura y la independencia económica. Por eso todas las culturas no son iguales. Por eso el feminismo clásico (siglo XVIII) pone en evidencia la manipulación y destrozo presentes.
Desde el mismo Neolítico hubo mujeres que se rebelaron al sometimiento patriarcal. A la privación de su identidad jurídica, voz política. acceso al conocimiento y a la economía. Y hombres que las apoyaron. Desfacer entuertos como nos enseña Cervantes, exige amor y valor para aprender. Requiere arrojo a la hora de cuestionar nuestra autocomplacencia y certezas. Se le atribuye al escritor Mark Twain la afirmación: “La historia no se repite, pero a menudo rima”. Ahora los poetas somos nosotros.
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