La esquina
José Aguilar
Por qué Sánchez demora su caída
Empecemos por enumerar las consideradas ciencias ómicas. 1) Genómica: estudia el ácido desoxirribonucleico (ADN) y la interacción entre genes, así como su papel en el desarrollo y funcionamiento de los seres vivos. 2) Transcriptómica: analiza el ácido ribonucleico (ARN) y la expresión de los genes. Controla los mensajes que se envían dentro de las células. 3) Proteómica: investiga las proteínas que utiliza un organismo. 4) Metabolómica: se ocupa de los metabolitos y sus procesos bioquímicos. 5) Microbiómica: estudia los microorganismos del cuerpo humano, de los alimentos y del medio ambiente. 6) Epigenómica: aborda los cambios relevantes en el genoma (expresión de los genes) que implican cambios en la secuencia del ADN. 7) Glicómica: estudia cómo los azúcares o carbohidratos (glicanos) se organizan y cómo afectan a las funciones biológicas. Esta tecnología del siglo XXI cuenta con mucha capacidad de análisis. Desde el IMDEA (Instituto Madrileño de Estudios Avanzados) afirman que las empresas que deseen innovar generando un producto nuevo tienen más seguridad en lo que están produciendo y pueden saber cuál será el impacto real. Las aplicaciones de las técnicas ómicas son de lo más variado. Así, contribuyen al desarrollo de nuevos probióticos y prebióticos que actúan sobre la multiplicación de la microbiota intestinal, que incide sobre la salud. Ayudan a desarrollar nuevos alimentos enriquecidos con bioactivos, que contribuyen a prevenir enfermedades. Mejoran procesos fermentativos en productos tales como yogur, queso, kéfir o cerveza. Sirven para detectar fraudes y adulteraciones de los alimentos, así como para detectar alérgenos en productos que pueden causar alergias alimentarias. Estas tecnologías, como la genómica y la transcriptómica, se utilizan para seleccionar cepas de levaduras con las que producir vinos y cervezas con mejores características organolépticas. Alguna empresa ha desarrollado comida en polvo vegetal, utilizando la metabolómica y proteómica para conocer las disponibilidades de las proteínas formuladas que sean fácilmente aprovechables por el cuerpo humano. En la Universidad Autónoma de Madrid y el IMEA, utilizando avanzados análisis genómicos, ofrecen recomendaciones nutricionales muy precisas para prevenir que se desarrollen ciertas enfermedades en el futuro. Parece que las tecnologías ómicas tendrán una influencia notable en la alimentación del futuro. Esperemos que el uso nos aporte informaciones útiles y baratas.
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