Comic sin

01 de octubre 2025 - 03:11

Empiezo a odiar a los famosos. Si los veo por la calle a lo mejor ya ni me fijo. Quiero ir despistado por la calle, no fijarme en nadie, vaya, como todo el mundo. En la Comic Con de Málaga, a la que fui un solo día y de chiripa, el domingo, había algunos. Yo solo vi uno, Flo, que vino indolente y tarde a una firma de nada porque no vendía nada ni presentaba nada, sólo venía a firmar lo que fuese y hacerse una foto con los fans. Yo fui a ver cómo iba eso y al principio la cola parecía de 5 personas pero había una especie de corte de seguridad y la cola tenía unas 500 personas, así que me senté por allí y lo vi venir y me puse a hablar con Saitama, que estaba allí también descansado en una mesa y a falta de Flo, me firmo él. Y hasta charlamos un poco. No me preguntéis mucho por Saitama, ni idea. Luego Fétido me invitó a sentarme con él en un cochecito de esos de jugar al golf, allí tranquilamente, mientras su mujer hacía otra cola de kilómetros no sé para qué era, vestida de algo con gafas redondas y un sombrero de copa, increpándole para que se viniera para la cola ya. Antes me había dicho, su mujer, en otra cola para tomar un café, oye guapo, esa es la cola para salir con el café y la de comprarlo está donde estamos nosotros, no vayas de listo. Claro, por eso en no había nadie. Fétido era sevillano y hablamos de la semana santa, también está un poco quemadito del tema una vez que te metes dentro de las cofradías, así que hicimos migas y se quitó la mano de pega del hombro, para dejarla tranquilita un rato. Cantamos los dos en el auto de papá y me dijo que habían reservado para el evento del Schwarzenegger y que puso tan a tope que no les dejaron entrar. Fétido estaba fétido. Y un poco hartito de la Comic Con. Bah, tan sólo cinco horas de cola a pleno sol sólo para acceder y luego apiñados como ovejas, eso sí te podías tirar en suelo en las paredes para descansar. El disfraz más original de largo, dos que ofrecían en una cola desodorante gratis con un cartel. Supera eso, Flo. Vi a Superman, le pregunté si era el de verdad y después de una breve duda contestó, sí, por supuesto. Yo le creo. Al final perdí una mochila y a punto de terminar todo, y odiar la Comic Con para siempre, buscamos en un sitio y me la estaba vigilando Spiderman. Y también era el de verdad, pero limpito, sin telarañas, serio y vigilante. Ahora soy más fan, más friki, gracias, Spiderman.

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