
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
A Montero no le salen las cuentas
Les recomiendo ver la serie ‘La La La canción’; verán y recordarán el entramado que siempre ha tenido el festival de Eurovisión. Bueno, aquello fue más lío aquí por el tema de Serrat que por otra cosa y, bueno, también que a Franco se le antojó que se ganase sí o sí. Conforme ha ido evolucionando, siempre hemos visto el colegueo geopolítico. El vecino de al lado vota a favor o, si hay algún interés de trasfondo, a otro. Esto siempre se ha hablado y creo que es así, una pena, y más sabiendo que simplemente es un festival de música. Esta edición ha estado muy marcada por la participación de Israel y los comentarios y mensajes de RTVE. Entiendo a los compañeros de la tele pública que hagan un comentario sin más en su retransmisión, cosas del directo, y sabes que puedes tener un toque. Y así fue; lo que no comprendo es por qué, después del aviso de la UER, se realiza y se lanza un mensaje desafiando a los organizadores del concurso. Podría estar bien abrir ese melón, pero no a pocos minutos de que comience el show. Claro, a todo esto, imagínense la que se ha liado y quién se ha puesto la medalla: el señor Pedro Sánchez. Todo esto ha generado reacciones por redes sociales de la oposición, convirtiendo el espectáculo en bazofia política. Qué pena, miren, yo no soy muy fan, pero he de reconocer que nuestra candidata Melody fue de 12 puntos. A mi modo de ver, todo iba bien hasta que se empañó el cristal de Israel y lo demás. Ahora la oposición presume que el televoto no sea el de la opinión de Sánchez; ya saben que nuestro país dio el máximo a Israel. Pero lo que no caen es que el debate lo ha llevado él a su terreno y hoy estamos hablando de un festival politizado en vez del problema real que tiene en Moncloa: Ábalos, hermano, Begoña y, por último, Santos Cerdán. Una vez más gana la partida y tiene debate toda la semana y los de Génova igual no se enteran de lo serio, de lo otro.
También te puede interesar
Lo último