El corazón por entero

Y la próxima semana, hablaremos del Gobierno, como decían Tip y Coll en tiempos de Franco

18 de noviembre 2023 - 00:00

Como han coincidido el Día Mundial del Flamenco y la investidura de Sánchez (que, como dicen los flamencos, parece que va a durar más que un martillo metío en manteca), empezaremos por el flamenco, que nos toca muy de cerca el corazón. Y es que, como dijo Antonio Mairena en El Taranto en 1983: “Voy a corresponder con una cosa en la que se emplea el corazón por entero, voy a cantar por seguiriyas”. Es parecido a lo que ha dicho Encarna Anillo, en el mismo escenario, cuarenta años después: “hay que echar el hígado y el páncreas. Si no, no es flamenco”.

Porque el flamenco no es el flamenquito que tanto abunda ahora y que tantas mezclas produce, confundiendo a los no aficionados de verdad. Los premios Grammy, celebrados este año en Sevilla, han confundido al personal con la selección de los cinco finalistas al premio “Mejor álbum flamenco del año”: solo uno, el de Israel Fernández, es flamenco auténtico, y no se lo dieron a él, sino a Niña Pastori. Muchos critican esta opinión nuestra –y de bastantes otros- tachándola de inmovilista y dogmática. Craso error. Lo que nosotros defendemos no es la ortodoxia estricta sino la pureza de las raíces, la esencia de las cosas, en este caso del cante. El flamenco no es una musiquilla graciosa y populachera mezclada con ritmos del Caribe o de África y síncopas jazzeras. Y además, en la línea de Mairena y Anillo, está José Mercé. Precisamente, mientras estaban dando los Grammy, participaba en el programa de David Broncano, junto con La Húngara y el Canijo de Jerez. Y fue muy claro: “El flamenco es muy difícil. Para cantar flamenco hay que nacer (…) cuando hablo de flamenco no me refiero al flamenquito, el flamenco es el flamenco, es cantar flamenco, no hay más historias, lo demás son todos sucedáneos”. Ya lo dijo en su momento con Rosalía, que es una magnífica artista, pero no canta flamenco. Mercé también ha hecho canciones no flamencas, pero lo dice claramente, no las llama flamenco. Habría que buscarle un nombre; los cientos de derivados del jazz y el blues no se llaman con estos prestigiosos nombres.

La noche de autos disfrutamos en los aljibes de El Taranto de un flamenco auténtico y además de gran calidad: Antonio García “El Genial”, el mejor cantaor de Almería de todos los tiempos. Y la próxima semana, hablaremos del Gobierno, como decían Tip y Coll en tiempos de Franco.

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