Culebras de verano

La modorra de la canícula suele desocupar la actualidad de noticias más o menos relevantes o referidas a los polémicos asuntos de la actividad política. Tal es la razón de ser de las serpientes de verano, que convierten en noticia lo intrascendente o, asimismo, acrecientan la entidad de lo que, sin dejar de tener importancia, puede instrumentalizarse y, entonces, los hechos “noticiables”, además de ocupar la disminuida actualidad, dan para controversias y desviaciones.

Así, la fiesta de cumpleaños de Lamine Yamal, para celebrar la mayoría de edad que le otorgará una capacidad de decisión bastante más autónoma, está reuniendo fanáticas y forofas militancias, de distinto carácter, a fin de sacar partido de una celebración en la que no solo se apagaron inocentes velitas de una tarta de cumpleaños. Claro está que pueden caber distintos pareceres sobre el contenido, el transcurso y hasta la estética de la fiesta. Puesto que algunas personas con enanismo han participado como figurantes, la polémica y los posicionamientos acaban por confrontar. De modo que van desde las denuncias por mofa, burla o irrisión, comportamientos contrarios al respecto humano, sobre todo a personas con discapacidad, hasta la propia manifestación de quienes se ven concernidos por su intervención en esos bolos con los que obtienen algún beneficio y expresan que se les deje hacer de acuerdo con su voluntad.

La situación en un barrio de la localidad murciana de Torre Pacheco, cuyos vecinos son mayoritariamente marroquíes, tras la agresión a un hombre sexagenario, ensangrentada su cara y el rostro inflamado por una paliza brutal, ha originado batallas campales con incoporación de activistas de adscripciones extremas, sin que falten, ay, declaraciones políticas que señalan interesadas razones de la trifulca.

Las culebras de verano, en fin, pueden resultar hasta aceptables o bienvenidas cuando dan con algún monstruo emparentado con el fabuloso morador del lago Ness, o la parapsicología resuelve un recóndito misterio, o un azar que parecía inexplicable encuentra causas sorprendentes. Pero son poco bienvenidas si pretenden otros fines perjudiciales y, además, desplazan la actualidad cuando pocas serpientes necesita.