Cultivar con algoritmos

23 de octubre 2025 - 03:08

La reciente estrategia de la Comisión Europea para impulsar la inteligencia artificial (IA) en la ciencia, confirma una realidad innegable. Lejos de ser una promesa futurista, la IA se ha consolidado como una herramienta tangible y transformadora; y si hay un sector donde esa transformación es tan necesaria como impactante, ese es la agricultura.

Bajo los invernaderos solares de Almería se está gestando una revolución silenciosa. La agricultura intensiva, pionera en tecnificación, abraza ahora la digitalización y la IA. Sensores, algoritmos y modelos predictivos, ayudan a los agricultores a tomar decisiones más rápidas, informadas y precisas. La clave, como se demostró la semana pasada en el Foro HotiDATA celebrado en Níjar, reside en transformar datos fiables en decisiones inteligentes. Ya no se trata sólo de producir, toca medir más para hacerlo mejor; optimizando cada recurso para subir la calidad, planificar la producción, ahorrar agua y energía y, en definitiva, mejorar la rentabilidad de las explotaciones reduciendo drásticamente el impacto ambiental.

Pero, ¿cómo se materializa esta revolución en el día a día del invernadero? Las aplicaciones son tan variadas como revolucionarias. Hablamos de gemelos digitales, réplicas virtuales de un invernadero real donde es posible simular el comportamiento de un cultivo ante diferentes escenarios. Esto permite al agricultor testar estrategias agronómicas sin arriesgar, reduciendo la incertidumbre a mínimos históricos. A esto se suman los sistemas de visión artificial que, identifican frutos y estiman cosechas; o el uso de drones y satélites para monitorizar la salud de los cultivos y optimizar el fertirriego.

Estas herramientas no reemplazan al agricultor; lo potencian, convirtiendo la gestión agrícola en un desafío intelectual que combina la experiencia tradicional con el poder del análisis masivo de datos. La estrategia europea busca que la IA llegue a sectores clave como el agroalimentario. La convergencia entre Europa y Almería ofrece una hoja de ruta hacia una agricultura más inteligente, que permite planificar mejor y reducir riesgos.

El agrosistema invernadero, además de un motor productivo, se revela como un laboratorio vivo de innovación y una punta de lanza de la agricultura del siglo XXI. Demuestra que la IA puede enraizar profundamente en el sector primario. La siembra ya ha comenzado.

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