El declive de Sumar restando

La esquina

14 de septiembre 2025 - 03:11

El ataque furibundo –y cargado de verdad–, de Yolanda Díaz a la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, a cuenta de la frustrada reforma de la jornada laboral, contenía una inesperada y quizás involuntaria dosis de autocrítica (ella no le ha hecho ascos a ninguna de las concesiones gubernamentales al partido de Puigdemont y ha blanqueado sin pausa al delincuente) y una carga en profundidad contra Pedro Sánchez, los fundamentos de su investidura y la trampa originaria de su proyecto político.

A ver. Si tú presumes de encarnar en la cumbre la idea de una España plural y presidir un Gobierno de coalición progresista, no puedes juntarte con, ni integrar en ella a, la representación política de la derecha más reacionaria de España, como acaba de descubrir Yolanda Díaz, que no se había dado cuenta de la verdadera naturaleza de Puigdemont y los suyos en dos años de complicidad. Qué inocencia. Y qué puñalada trapera a Pedro Sánchez al desmontar toda la sustancia ideológica de su gobierno y revelar al mundo que no existe una mayoría progresista en España en este momento de la historia.

Esto lo sabía Sánchez desde que triunfó en su investidura y lleva dos años fingiendo que no y reemplazando sus convicciones por sus conveniencias. El único que parece no saberlo es JF Tezanos, mi antiguo compañero de clase en la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense (él se doctoró, yo sólo me licencié para entregarme al denostado periodismo), director del Centro de Investigaciones Sociológicas, que cocina, cuece y condimenta las encuestas hasta que le den a su partido nueve puntos de ventaja sobre el PP. No le cree ni el propio presidente al que sirve. José Félix, chico, ¿cuánto tiempo tardaría Pedro Sánchez en convocar elecciones si supiera que iba a ganarlas el PSOE y por más ventaja que la que logró el PP en 2023?

Perdonen la autorreferencia, vuelvo a lo importante. Yolanda Díaz, que estaba llamada a recomponer la fuerza de la izquierda a la izquierda del PSOE, agrietada por los desvaríos populistas de Pablo Iglesias, ha fracasado también en esta faceta. Sumar no ha sumado nada bajo su liderazgo, Podemos agoniza pero sigue restando a este espacio político, en el que las divisiones interminables se repiten tanto como las invocaciones a la unidad y lo único que no se debilita nunca son las ideas caducas y el lenguaje estentóreo y fiero.

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